HÉCTOR ZAGAL

El comentario incendiario de Lennon

El Beatle nunca fue un mesías, ni un profeta. Pero junto a sus compañeros logró ser portavoz de una generación que clamaba por una realidad más amable.

John Lennon y su esposa Yoko Ono durane una protesta pacífica.
John Lennon y su esposa Yoko Ono durane una protesta pacífica.Créditos: Foto: EFE
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Todos tenemos ese familiar incómodo –ya sea el tío o el primo con camiseta de Maná o Caifanes– que en medio de una reunión familiar suelta el comentario: “¡N’hombre! ¡Es que los Bicles sí fueron más grandes que Jesús! Hasta el Lennon lo decía…”

¿Será cierto? ¿Hubo un momento en que una banda que apenas duró nueve años pudo superar los casi dos mil años de culto y tradición cristiana? Lo más probable es que Lennon simplemente hiciera un desplante retórico, llevado por el vértigo del éxito. Más que una crítica directa a la figura de Jesús, parece una observación sobre el fenómeno social que él mismo estaba experimentando.

Lennon veía, dentro y fuera del escenario, cómo la influencia de su banda sobre los jóvenes parecía superar a la de los sermones dominicales. Pero, ¿qué contexto vivían aquellos jóvenes del siglo XX?

Tras la Revolución Industrial del siglo XIX, el obrero pasó del campo a la fábrica, convertido en un número en la nómina. Jornadas de hasta 18 horas, trabajo infantil, condiciones insalubres y ciudades deshumanizantes. Luego vinieron las guerras nacionalistas, los levantamientos obreros y, finalmente, el desastre que ensangrentó a Europa: la Primera Guerra Mundial.

Apenas una generación después, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial terminaron de arrasar cualquier resquicio de optimismo. La capacidad humana para el progreso se mostró devastadoramente transformada en herramientas de exterminio y tortura.

Al finalizar el conflicto, el mundo quedó dividido en dos bloques enfrentados: EU y la URSS. Mientras el Tío Sam se dedicaba a “defender” la democracia y sus intereses en cualquier país tentado por el Kremlin –Corea y Vietnam incluidos–, la URSS imponía su totalitarismo tras el Telón de Acero.

¿Cómo podían los jóvenes de los años 60 no sentirse desilusionados? Tras haber alcanzado el supuesto cenit del progreso humano, el odio, la guerra y la violencia seguían marcando la pauta. Fue entonces cuando el lema de “amor y paz” cobró fuerza. Movimientos estudiantiles y manifestaciones culturales se alzaron, buscando un mensaje más humano y esperanzador.

Y ahí aparecieron los Beatles. Su música no solo vibraba en los tímpanos; sus letras y actitudes reflejaban una inconformidad genuina. No eran solo ídolos de la guitarra: eran la voz de una juventud que buscaba la paz, la justicia y, en última instancia, que todo lo que necesitas sea el amor.

Lennon nunca fue un mesías, ni un profeta. Pero junto a sus compañeros logró ser portavoz de una generación que clamaba por una realidad más amable. Y aunque su afirmación haya resultado provocadora, lo cierto es que, durante un breve pero intenso periodo, los Beatles fueron, para muchos jóvenes, más trascendentes que los viejos sermones de siempre.

(Héctor Zagal, profesor de la facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana, y Emilio Montes de Oca, son conductores del programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal” en MVS Noticias 102.5 FM)