Un coro da la bienvenida al nuevo líder de Ghost: Papa V Perpetua, el cual pone fin al linaje Emeritus. Las voces angelicales de “Peacefield” regalan un momento de paz y esperanza frente a un mundo desolador y hostil. La temporada oscura parece llegar a su final, o quizá sólo es la luna en medio de la noche. Un líder consumido por el pecado, pero crítico a su interior, es el guía que merece su hermandad.
Ghost regresa con su sexto álbum de estudio, “Skeletá”, el cual, a través de sus 10 canciones, expande la mitología creada por su líder Tobias Forge, quien ahora nos sumerge en un viaje personal entre la tentación, la destrucción, el amor, la esperanza y la redención.
A diferencia de sus proyectos anteriores, que criticaban el escenario mundial, a veces con voz de profetas, “Skeletá” se concentra en el interior, en los huesos, de un personaje consumido y conflictuado por su deber. En “Lachryma”, los músicos espectros, o Nameless Ghouls, chocan dos atmósferas melódicas: un verso de riffs heavy y coros pomposos, que representan el autoengaño del propio Papa Perpetua. Fastidiado de soltar lágrimas por un ídolo, una ilusión, busca uno nuevo, quizá dentro de él mismo. Una esperanza absurda por un amor manchado.
De igual forma, en “Satanized”, Papa V Perpetua lucha contra el demonio que lo ha corrompido, pues aún en la oscuridad busca la redención. Implora por una salida que lo libere de este mal que acecha su alma, un mal que se hace llamar “amor” (lujuria, quizá). Su piel y su corazón arden de placer. El coro inquisidor lo acusa. Es una persecución interna, donde la línea que divide lo divino y lo blasfemo se difumina, pues debajo del atuendo fastuoso, vive un mortal.
“Cenotaph” (Cenotafio), un monumento funerario en el que no están los restos humanos. Todos somos un cenotafio en el que descansan las ideas y memorias de quienes hemos perdido. Somos la conexión a otra dimensión a través de nuestros recuerdos y sensaciones. Perpetua rememora el linaje perdido para sobreponerse a la obscuridad. Es una cabalgata hacia el nacimiento de un nuevo sol.
Perpetua abraza la soberanía de las sombras. Se ha consumido por la “Umbra”, el lado oscuro de su mundo y su mente. Pero, incluso en la perpetuidad del vacío, brilla con fuerza la más tenue de las estrellas. La historia de Papa V llega a su clímax con una batalla entre dagas de guitarra y destellos de sinte. Se deja consumir por el deseo, por la pasión, por amor; una fuerza tan humana e implacable, origen del peor de los demonios: esperanza por una redención inalcanzable. Un final imposible que impulsa hacia adelante.