Del corazón de Lisa nacen cinco alter egos: Roxi, Kiki, Vixi, Speedi y Sunni; cada una con una ilusión, una aspiración y una personalidad diferente. Son aspectos planos de la misma persona, aunque su verdadera yo queda aún en la sombra.
Al igual que sus compañeras de Black Pink, Lisa llega con su primer álbum solista, “Alter Ego”, en el cual, a través de 13 canciones, explora distintos sonidos y personajes con el fin de encontrar su estilo propio; uno que vaya acorde a su verdadera personalidad.
Lisa presenta a Roxi, la “Rockstar”, una mujer segura y un tanto prepotente, que adora la música, el escenario y el amor de sus fans. La cual hace excelente par con Speedi, quien presume su “Lifestyle”, de glamour y lujo. Ambos avatares carecen de una personalidad propia, pues al estar basados en la superficialidad y banalidad del estatus, pierden su potencial. Son meros cascarones de lujo, vacíos de emoción.
De igual forma, Vixi, la villana del grupo, representa un lado más agresivo de Lisa. En “Fxck Up The World”, decreta una actitud desafiante ante el mundo, sin embargo, entre las líneas de su rap revela su intención de renovarse. A casi 10 años de su debut en Black Pink, Lisa siempre fue catalogada como la rapera edgy, pero dentro de los límites de su disquera. Ahora, con completa libertad, puede romper el mundo a su antojo, si así lo desea, para encontrar su verdadera persona.
Por otro lado, aparece Sunni con “Moonlit Floor”. El lado romántico de su persona, en el que revela un poco más de sus nuevos sentimientos (y nuevo amor). Sunni retoma el ya clásico “Kiss Me” de Sixpence None The Richer, para crear una nueva aura etérea de rayos de sol; se deja embriagar por besitos de luz, acostada entre sábanas frescas.
Por último, está Kiki, una versión nostálgica por la moda Y2K. Junto a Rosalía, reviven sonidos de hace dos décadas en “New Woman”, para encontrar en ellos la influencia de su nueva identidad. Como cualquiera nacido en los 90, esa época fue parte fundamental para la creación de su estilo. Entre el caos y exceso, encuentra su propia belleza para florecer de nuevo bajo sus propios términos.
Lisa, la rapera, la modelo, la cantante, la actriz, la amiga, la mujer y la idol. En este juego de máscaras, Lalisa experimenta su habilidad camaleónica, pero pierde su propia esencia en el vacío de la banalidad. No se sabe si la “Elastigirl” estiró demasiado su potencial o se quedó corta en la creación de una historia que conectara con sus miles de seguidoras. Se apartó tanto de sí misma, que la verdadera historia la crearán sus fans con estas muñecas de plástico. Quizá junto a sus compañeras, como lo hizo Rosé y Jisoo, encuentre la identidad que busca y se presente tal cual en su próxima historia.