México rebasó la cifra de 124 mil personas desaparecidas. Un récord de horror. Un drama nacional que clama justicia ante índices de impunidad y corrupción alarmantes y promesas de autoridades sin cumplir. Una herida abierta, como fosa, que hunde en la zozobra a miles de familias.
Una pesadilla que parece no tener fin y de la que nadie se salva. Nuestro bono demográfico está en riesgo. Hay alarma por el incremento de las desapariciones de niños y niñas a partir de los 12 años, así como de mujeres entre 15 y 25 años y los hombres entre los 20 y 30 años.
De acuerdo con el informe del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas, México se ha convertido en una gran fosa, donde “La delincuencia organizada se ha convertido en un perpetrador central de desapariciones en México, con diversos grados de participación, aquiescencia u omisión de servidores públicos”.
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El documento revela que, aunque los hombres entre 15 y 40 años son las personas más afectadas, hay un incremento preocupante de desapariciones de infancias, adolescencias y mujeres, las cuales están vinculadas a diversos fenómenos como son la sustracción internacional, la trata de personas, el ocultamiento de feminicidios o la violencia sexual.
Además, el Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas, expresa su preocupación por las mujeres que quedan a cargo de sus familias y que, con sus propios medios, afrontan los procesos de búsqueda, siendo objeto de violencia, estigmatización, desaparición o muerte en numerosas ocasiones.
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En efecto, en nuestro país la gente desaparece y frente a esta tragedia los miles de afectados sólo tienen picos, palas y una exigencia: Justicia. Una justicia que debe pasar por el viacrucis burocrático de autoridades indolentes que nada resuelven. Una justicia que debe tener la aprobación de los grupos delincuenciales. Una justicia que suele transformarse en un infierno desfondado para los vivos, después de la pesadilla de haber perdido a un familiar.
Prueba de ello, “la tregua de paz” que solicitó, en 2021, la “Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas”, a “Los Ciclones”, una escisión del Cártel del Golfo, para poder ingresar al centro de exterminio en La Bartolina, Matamoros, y buscar restos humanos.
En un hecho sin precedentes, en nombre de las 200 familias con personas desaparecidas enviaron este mensaje al líder del Cártel del Golfo: “Hemos decidido, ante la falta de debida diligencia y respuesta de todas las autoridades responsables de buscar, localizar e identificar a nuestros familiares, pedir esta tregua con ustedes, en la que respeten nuestra vida y libre tránsito, dándonos acceso libre al lugar en donde probablemente pueda encontrarse alguno o algunos de nuestros familiares. La incertidumbre de no encontrar a los nuestros ha derivado en una tortura interminable para nosotros, al no saber de
la suerte o paradero de nuestros desaparecidos, lo que resulta insoportable”.
Otro botón del viacrucis, acoso y descalificación que padecen los colectivos es lo que pasa con “Guerreros Buscadores de Jalisco”, que realizó el hallazgo del rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco y ahora intentan desacreditar su trabajo y silenciar sus esfuerzos. Raúl Servín, padre buscador e integrante del Colectivo, denunció que las autoridades alteraron las zonas de
investigación, con el objetivo de ocultar lo descubierto por el colectivo.
Sin duda, el caso Teuchitlán evidencia la negligencia institucional que siempre ha existido en México en materia de desapariciones forzadas y otros delitos. Por ello los integrantes de los más de 100 colectivos que operan en 28 estados del país, alertan sobre la estrategia de las autoridades que buscan descalificar el trabajo de las madres y padres buscadores.
Las desapariciones son consideradas el crimen perfecto porque sin cuerpo no hay delito. Historias de horror y terror ante la ausencia de un Estado de derecho. ¿Hasta cuándo?
Vericuentos
#Morena salva al Cuau del desafuero
Al grito de “no estás solo, no estás solo” Diputadas de Morena, evitaron el desafuero contra Cuauhtémoc Blanco, acusado de tentativa de violación. Ivonne Ortega, coordinadora de Movimiento Ciudadano en Cámara de Diputados, cuestionó: “¿Dicen que rompimos el techo de cristal? Si no fuera culpable, ¿por qué insisten en mantener el fuero?”
La diputada del PT, Margarita García, dijo: “Hoy más que nunca queda evidenciado que en este Congreso siguen violentando a las mujeres, que estamos a favor de los intereses y de los poderosos de un posible violentador”. Sin embargo, el exgobernador de Morelos, salió airoso cobijado por los legisladores de Morena, con 291 votos a favor, 158 en contra y 12 abstenciones.
#ViolenciaMachista.
#NoLlegamosTodas
@guillegomora