OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

Vivienda, un reto urbano

La deuda del Estado al acceso habitacional es uno de los grandes rezagos sociales que enfrentan las naciones en la actualidad.

El reto ahora es mayor, ya no deben repetirse esas prácticas de inequidad
El reto ahora es mayor, ya no deben repetirse esas prácticas de inequidadCréditos: Freepik
Escrito en OPINIÓN el

En las grandes ciudades como la nuestra, uno de sus retos es la cobertura universal de la vivienda social; la desigualdad, la inequidad, el alto costo y los rezagos habitacionales convierte un serio y complejo problema sobre el cumplimiento de un derecho fundamental de todo individuo: la vivienda digna y decorosa como lo estipula nuestra constitución y la Carta de Derecho Humanos de ONU-Hábitat.

El pasado 7 de febrero se celebró el Día Nacional de la Vivienda que desde su declaratoria en 2019 se ratificó uno de los derechos que contine nuestra Carta Magda en su artículo 4 sobre el derecho de toda familia a una vivienda digna y decorosa.

En ese sentido la deuda del Estado al acceso habitacional es uno de los grandes rezagos sociales que enfrentan las naciones en la actualidad y México no está exento de esta desigualdad e inequidad.

En este mismo espacio, hemos dedicado varias líneas a hablar sobre el tema, subrayando el enorme reto que enfrenta la ciudad de México por resolver el problema de rezago e inequidad para el acceso a una vivienda digna y decorosa dentro de la metrópolis como lo indican las políticas públicas y la Constitución de 2018.

Freepik

Según datos de la Encuesta Nacional de Vivienda 2020 que realizó en INEGI en México existen cerca de 35 millones de viviendas particulares habitadas y en promedio en cada una de ellas la habitan 3.6 personas. De las cuales cerca de 9 millones de estas viviendas presentan rezagos como son problemas de hacinamiento, no tener servicios básicos (luz eléctrica, agua potable o suelo firme); afectando a cerca de 33 millones de personas en todo el país.

A pesar de los programas de vivienda social que el gobierno ha lanzado y realizado en la última década, contar con un hogar digno sigue siendo un reto y rezago que enfrenta nuestro país, ya que según las estimaciones se requieren por lo menos 8 millones de nuevas viviendas para atender el margen mínimo del problema de un techo que demandan familias en todo el territorio nacional. Y en ese sentido, las recientes reformas a la ley del Infonavit presuponen atender esta situación con una política de vivienda social cuya meta es atender a la población juvenil para la renta y/o adquisición de su primera vivienda en zonas urbanizadas.

Se han presentado proyectos, planes y estrategias para comenzar la construcción de vivienda social en barrios como La Doctores, y en la presente administración de la ciudad de México que encabeza Clara Brugada ha comprometido su palabra en que es prioridad de su gestión contar con vivienda e impulsar su desarrollo con una perspectiva social, de equidad, movilidad, urbanización y con visión decorosa y digna.

No basta con construir vivienda, las experiencias pasadas de administraciones y políticas públicas, desde los año 50 hasta la actualidad ha sido por espacio de 7 décadas, decisiones inoperantes para el crecimiento social, ya que la vivienda edificada ha sido en zonas sin urbanización, ni sistemas de movilidad, en ocasiones con materiales ínfimos y ni siquiera la cobertura mínima de una vivienda digna, con altos costos de adquisición, por lo que terminaron en el abandono y siendo objeto de motines y bono de cambio político.

En ese sentido, el reto ahora es mayor, ya no deben repetirse esas prácticas de inequidad, de corrupción e inoperables de vivienda por parte del Estado, así como erradicar con las mafias y los llamados cárteles inmobiliarios que han dañado considerablemente el objetivo de una política pública y social de vivienda digna.

Abramos la discusión: @salmazan71