Es innegable que hoy en día, estamos más pendientes que nunca de los contenidos que tienen todos aquellos productos que comemos.
Que si cuántas calorías tienen tal cosa; o qué tanto sodio; si tiene azúcares añadidos; que si es de libre pastoreo; o si es light, qué tan light es; y así, con todos y cada uno de ellos sin importar si son refrescos, cereales, tortillas o hasta los huevos.
Parece que el “comer bien”, está de moda. Y qué bueno. Pero en esa moda en la que militamos varios, hay un pendiente que es grave: quién nos dicen qué “debemos o no” comer.
Y es que a veces, las modas salen caras, entre elegir productos de mayor calidad, “más saludables” y, por supuesto, pagarle a un especialista.
En esa elección de batallas, decidimos ponerle mayor atención a los productos “garantizados” por encima de esos especialistas; porque en este mundo tecnológico y tan avanzado, obviamente puedo brincarme al especialista y obtener los detalles de qué, cómo y cuándo tengo que comer.
La consultora española LLYC publicó el informe “Salud, alimentación y fake news”, la cuál contiene un dato revelador: el 30% de toda la información falsa que hay en internet, está relacionada con la alimentación.
Es decir, uno de cada tres contenidos que vemos relacionado con productos, dietas y/o beneficios para la salud, están hechos con información falsa, engañosa o imprecisa.
Esto desde luego que es un riesgo, no solo porque no bajemos de peso, sino porque sin evidencia alguna, alguien podría estarnos recomendando consumir algo que en lugar de ser beneficioso, podría perjudicar o deteriorar nuestra salud.
Seguramente habrá escépticos que digan: “yo obtengo mi dieta rigurosa a partir de lo que le cuento o describo a Chat GPT”.
Sin embargo, el problema sigue siendo el mismo, pues basta recordar que Chat GPT basa sus respuestas en la información pública disponible; y si el 30% de esa información pública disponible, es la información falsa que está relacionada con la alimentación, entonces terminamos con el mismo resultado.
Por lo tanto, no basta con querer cuidarnos más a través de la comparativa de productos y/o alimentos, sino que hay que acercarse con especialistas; aquellos que sepan qué podemos comer, qué debemos comer y cómo debemos comer.
Quizá sea esa la información más importante que tenemos que saber.