CALEIDOSCOPIO

Niños sicarios, soldados del narco

Historias vergonzantes que nos deben llevar a la reflexión y a la acción para evitar que nuestro bono demográfico caiga en manos del crimen organizado que avanza en su reclutamiento voluntario y forzado sin que el Estado intervenga.

Fotografía de un policía para para ilustrar la nota.
Fotografía de un policía para para ilustrar la nota.Créditos: cuartoscuro.
Escrito en OPINIÓN el

Una vez más, el México real expone dos estampas de la descomposición social que asfixia al futuro de nuestro país. La captura del “Niño Sicario” en Tabasco, que quemaba casas de personas que no pagaban “derecho de piso” y la detención de un menor de 17 años que mató a un abogado frente a Juzgados de la CDMX, por 50 mil pesos.

Historias vergonzantes que nos deben llevar a la reflexión y a la acción para evitar que nuestro bono demográfico caiga en manos del crimen organizado que avanza en su reclutamiento voluntario y forzado sin que el Estado intervenga con políticas públicas de seguridad y educación.

No hay que olvidar que, en México, el reclutamiento forzado no está tipificado como delito, por ello, adolescentes y niños están en la mira de los cárteles para engrosar sus filas, sabedores de que no corren ningún riesgo.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), revela que por lo menos 30 mil menores han sido reclutados por grupos criminales en los últimos años para realizar actividades como “halcones” o informantes, venta de droga al menudeo, venta de piratería, mensajeros para extorsiones y de ahí pasan a ser sicarios.  La paga puede ser de 600 pesos diarios, que al mes les representan hasta 18,000 pesos.

De acuerdo con Redim, alrededor de 35,000 niños y adolescentes son parte de grupos delictivos organizados y desde que son reclutados inician una carrera delictiva, a partir de los 9 o 10 años se desempeñan como, “halcones”, informantes; a los 12 años, luego de conocer como es la operación y estructura de las organizaciones, se les asignan tareas como vigilantes de las casas de seguridad donde mantienen a personas secuestradas; entre los 14 y 16 años se les entrega un arma y se les asignan asesinatos por encargo para ser sicarios o se les hace responsables de controlar una “tiendita” de venta de drogas.

Las organizaciones Tejiendo Redes Infancia y Reinserta, consideran que alrededor de 460 mil niñas, niños y adolescentes “trabajan” para grupos de la delincuencia organizada y son presa fácil para ser reclutados y comenzar su vida delictiva a edades más tempranas. Advierte que al menos 18 estados son identificados como las principales zonas de alta incidencia delictiva, entre las que destacan Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán, Jalisco, Oaxaca y Estado de México.

Por ello, Saskia Niño de Rivera propone tipificar como delito el reclutamiento de menores de edad como un delito y no como una derivante o agravante de la trata, pues, hasta ahora, no hay una sola persona adulta en la cárcel acusada y sentenciada por el reclutamiento de un menor.

Además, muchos niños, niñas y adolescentes son cooptados a través de las redes sociales y los videojuegos muy parecido a la trata de personas. Bajo el mecanismo de hacerse amigos de los niños que pasan mucho tiempo en las redes sociales y procesos emocionales delicados los atrapan, secuestran y desaparecen.

Sin duda, el reclutamiento de menores por parte de grupos delictivos es el resultado del abandono del Estado, ya que los niños y adolescentes, especialmente de sectores empobrecidos y sin servicios básicos, se convierten en blanco fácil de estas bandas, pues no van a la escuela ni a actividades que les permitan soñar con un futuro diferente.

Expertos en la materia aseguran que estos niños, niñas y adolescentes no ingresan a estas bandas por dinero, sino en busca de un sentimiento de pertenencia. Por ello, urge implementar estrategias de seguridad y educación como medidas preventivas para ganar la batalla al crimen organizado. Por cada causa de reclutamiento puede existir un programa o un proyecto que se puede realizar. Lo importante es que exista voluntad política y profesionales que puedan desarrollarlos y ejecutarlos.

Así las cosas, la construcción de un país sin niños sicarios requiere de una alianza entre la sociedad civil y el gobierno, para crear un entorno seguro de un México en paz donde crezcan y proyecten un mejor país. 

Vericuentos

Jóvenes no quieren votar

El desencanto político impacta en los jóvenes mexicanos, a pesar de representar el 22% de la población mexicana que puede votar, la población entre 20 y 29 años registra una notable tendencia al abstencionismo en los procesos electorales, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE). La Consejera Norma de la Cruz, reconoció que algo no están haciendo bien, al exponer que desde los años noventa, cuando se hizo el primer estudio sobre la participación ciudadana, los adultos jóvenes prevalecen como parte del grupo con el menor porcentaje de asistencia a las urnas. En México, 30 por ciento de la población es considerada joven y, por tanto, unos 26 millones de personas de ese rango poblacional están inscritos en el padrón electoral: 49.3 por ciento son hombres y 50.7 mujeres. Esta no es una tendencia de la última elección, sino una que tenemos desde que estamos llevando datos sobre participación electoral, desde 1994. Sin duda, la apatía electoral, tiene su origen en la desconfianza del sistema político, la falta de identificación con los candidatos, las promesas incumplidas de los políticos y la desigualdad económica. ¡Tómala!

 

@guillegomora