OPINIÓN DANIEL JACOBO

¿México sí sabe de prevención?

Este año en particular, ha sido uno de lluvias “excepcionales” en el país; desde la Ciudad de México lo sabemos, en donde en septiembre no paró de llover, aunque no se hayan alcanzado niveles récord de precipitaciones como en el ‘98.

Debido a las intensas lluvias registradas en el norte del estado de Veracruz hasta este 12 de octubre se permitió establecer un puente aéreo en la localidad de Chauatán, municipio de Amatlán.
Debido a las intensas lluvias registradas en el norte del estado de Veracruz hasta este 12 de octubre se permitió establecer un puente aéreo en la localidad de Chauatán, municipio de Amatlán.Créditos: cuartoscuro.
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La prevención de desastres en nuestro país, en el imaginario colectivo, está directamente relacionado con no perder la vida ni quedar bajo los escombros tras un sismo; pero en la prevención hacia otro tipo de desastres naturales, parece, nos quedamos cortos.

El ejemplo hoy es Veracruz, entidad en la que suman de manera preliminar 18 personas fallecidas tras las inundaciones por el desbordamiento del río Cazones en Poza Rica.

¿Y qué? ¿El gobierno debería hacer magia e impedir las lluvias?

Pues no, lógicamente; pero a diferencia de los sismos, el estado del tiempo se puede predecir en nuestro país, ¡desde hace más de 140 años!

Sin embargo, de las lecciones vividas, no queremos aprender nada; basta con recordar el infortunado fortalecimiento del huracán Otis y la devastación que provocó en el puerto de Acapulco en 2023. Y todo porque la predicción, fue errónea.

Con ese precedente y entendiendo al contexto histórico que vivimos, refiriéndome a una intensificación de las condiciones climáticas respecto a las lluvias o el calor, parece que en México no queremos saber de prevención en materia meteorológica.

Este año en particular, ha sido uno de lluvias “excepcionales” en el país; desde la Ciudad de México lo sabemos, en donde en septiembre no paró de llover, aunque no se hayan alcanzado niveles récord de precipitaciones como en el ‘98. 

Sumado a eso, hay un dato revelador de Protección Civil: Veracruz es una entidad que tiene 13 ríos considerados de “respuesta rápida”; es decir, que pueden registrar un aumento abrupto en sus niveles de agua en unas cuantas horas tras intensas lluvias.

A eso hay que añadirle que la depresión tropical 90E atravesaría nuestro país.

Con todos esos elementos, parecía urgente que el gobierno del estado se comportara como tal, como gobierno, y evitara la tragedia. Porque las pérdidas materiales, son inevitables; pero lo más importante, la pérdida de vidas, sí se puede evitar; sí se puede prevenir; sí se puede actuar.

Pero no se hizo, y los efectos, los vemos hoy. Tristeza, incertidumbre, rabia y frustración.

¿Qué le espera a los habitantes de Poza Rica, cuando la gobernadora del estado se toma a la ligera el desbordamiento de un río que la propia autoridad debería monitorear con mayor cuidado? ¿O si el alcalde actual señala que la basura fue la causa del desastre?

Y esta cadena inoperante, apenas comienza. La Sala Regional de Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó hace unos días (el 8 de octubre, dos días antes de la inundación), el triunfo de Adanely Rodríguez como presidenta municipal de Poza Rica.

Esto luego de que Movimiento Ciudadano impugnara presuntas irregularidades en el conteo de votos y manipulación de actas, tanto en Poza Rica como en Papantla.

La última instancia, será la Sala Superior del TEPJF; todo apunta a que el triunfo de Rodríguez es inevitable y el cargo lo asumiría el 1 de enero.

El problema es que su presencia ya se hace notar en el municipio, pero para mal, llegando a la desastre en una camioneta de lujo y para tomarse una selfie; nada más.