HÉCTOR ZAGAL

Las historias de los reyes magos

Es poco lo que sabemos sobre los Reyes Magos. Únicamente el Evangelio de Mateo los menciona.

.No se dice cuántos iban. Se cree, sin embargo, que eran tres pues llevaban tres regalos: oro, mirra e incienso., dice Héctor Zagal.
.No se dice cuántos iban. Se cree, sin embargo, que eran tres pues llevaban tres regalos: oro, mirra e incienso., dice Héctor Zagal.Créditos: https://pixabay.com/es/
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Es poco lo que sabemos sobre los Reyes Magos. Únicamente el Evangelio de Mateo los menciona. Ahí se cuenta que son magos de Oriente y que, guiados por una estrella, están en busca del rey de los judíos. No se dice cuántos iban. Se cree, sin embargo, que eran tres pues llevaban tres regalos: oro, mirra e incienso.

En su travesía, llegaron a Jerusalén, donde reinaba el temible Herodes. Al enterarse del propósito del viaje de los magos, intentó engañarlos para que le revelaran la ubicación del niño que buscaban. Herodes, temeroso de que el recién nacido le arrebatase el trono, quería matarlo

Los magos siguieron su camino hasta llegar con Jesús. Al regresar, sin embargo, evitaron a Herodes pues fueron advertidos de no volver con él. El rey de Judea enfureció y mandó a matar a todos los niños menores de dos años de Belén y sus alrededores.

Esa es toda la historia “oficial”. No obstante, a lo largo de los años, la tradición y otras fuentes han agregado nuevos elementos que hoy tienen mucho que ver con nuestra visión de estos magos. Mucha de esa información no es canónica, pero las Iglesias Católica y Ortodoxa la han tolerado, siempre que inspire la devoción de creyentes.

Algunos evangelios apócrifos (es decir, no reconocidos dentro del canon) complementan la historia de Mateo. El Evangelio armenio de la infancia es una de esas fuentes que agrega más información sobre los magos y su viaje.

Por ejemplo, en esta versión se asegura que, en efecto, eran tres y eran reyes: Melkon, rey de los persas, Gaspar, rey de los indios, y Baltasar, rey de los árabes. También se nos dice que no iban solos. Cada uno llevaba un ejército de cuatro mil hombres. Sumaban doce mil en total. Sus enormes séquitos y grandes  riquezas atemorizaron a Herodes y su corte.

Y así como iban bien acompañados, también iban repletos de regalos. Además de oro, mirra e incienso, llevaban áloe, nardo, cinamomo, canela, plata, piedras preciosas, muselina, púrpura, lino, perlas finas y zafiros.

Pero entre tantos presentes, había uno que destacaba sobre todos: una carta escrita y sellada por el dedo de Dios. Éste se la había dado a Adán, luego había pasado a su hijo Seth, después a Enoch y luego a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Pasó por Noé, Sem, Abraham, Melquisedec y así hasta llegar a los reyes de Oriente. La carta anunciaba el nacimiento del Verbo divino, quien restablecería de nuevo la dignidad original del hombre por los tormentos de su cruz. 

Finalmente, luego de adorar al niño durante tres días, regresaron a Persia, donde hablaron a los suyos del Niños Dios.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

(Héctor Zagal y Óscar Sakaguchi, coautores de este artículo, son conductores del programa El Banquete del Dr. Zagal en MVS 102.5 todos los miércoles a las 22:00 y los sábados a las 17:00)