La terca realidad se impone a los intentos gubernamentales por negar la violencia política que domina y socava nuestra democracia. De acuerdo con el Índice de Conflictos de Armed Conflict Location and Event Data (ACLED) México es el cuarto país más violento del mundo, detrás de Myanmar, Siria y Palestina.
En 2023 se ubicó como la nación más peligrosa del mundo para civiles, y más de 43 millones de personas estuvieron expuestas a violencia política en ese año. El informe de ACLED, Data Cívica y México Evalúa destaca cómo la competencia entre grupos criminales generó un clima de miedo e intimidación, impactando gravemente a estados como Guanajuato, Michoacán y Chiapas.
Aunque, el presidente Andrés Manuel López Obrador, calificó el pasado proceso electoral como una “campaña fresa”, sin problemas de gravedad. Lo cierto es que, México registró una de las elecciones más violentas de su historia reciente, la consultora Integralia contabilizó, al pasado 28 de mayo, 749 casos de violencia política a nivel nacional, registrados desde el 7 de septiembre de 2023, fecha en la que inició el proceso, y estima que al término de las elecciones del 2 de junio la cifra se elevó a 760.
La endeble democracia mexicana está a prueba. La violencia política representa un gran riesgo para el voto libre. Sin embargo, el problema no debe medirse en el número de muertos, sino en la penetración que la delincuencia ha logrado. Una vez más, el crimen organizado ejerce su voto. Marca su territorio para dominar la plaza y sus actividades ilícitas.
Datos del monitoreo de “Votar entre Balas, de Data Cívica”, dan cuenta de 130 personas aspirantes, precandidatas y candidatas, que fueron atacadas presuntamente por grupos del crimen organizado durante el pasado proceso electoral.
De éstas, 34 fueron asesinadas, 40 sobrevivieron a atentados, 32 recibieron amenazas tangibles (en mantas, videos, u otras que provocaron la renuncia a la candidatura), 10 personas candidatas fueron secuestradas, y en 14 ataques armados la persona candidata sobrevivió, pero alguien más murió. Los códigos se perdieron, se atenta contra todo sin el menor asomo de vergüenza, temor o principios.
Sin embargo, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, tiene “otros datos” sobre la violencia política que se vivió en el pasado proceso electoral, en el cual sólo reportó 12 asesinatos de candidatos y aseguró que grupos en contra del gobierno intentan “generar alarma”.
Maquiavelo decía: “son muchas las cosas que desde lejos parecen terribles, insoportables, extrañas y cuando te acercas a ellas resultan humanas, soportables, familiares”. ¿Será que hemos llegado a este punto de deshumanización?
El informe presentado por ACLED, Data Cívica y México Evalúa, revela que la competencia entre grupos del crimen organizado impulsa gran parte de la violencia política, al menos el 30% de los incidentes incluyeron disturbios y destrucción de propiedades, lo que sugiere que las luchas de poder locales y los reclamos comunitarios de irregularidades durante el proceso, o el rechazo de los resultados, también pueden desencadenar violencia contra figuras políticas.
En cuanto a la violencia dirigida específicamente hacia las mujeres, el análisis de México Evalúa refiere que dos de cada diez víctimas de violencia política son mujeres. El 8% de las amenazas y ataques contra mujeres se dieron hacia sus familiares.
Por ello, las organizaciones hicieron hincapié en la importancia de seguir contabilizando y analizando la violencia incluso después de los períodos electorales, ya que los ataques contra actores políticos no han cesado: se registraron 19 ataques durante los primeros 15 días después de la elección. Además, señalaron la falta de políticas públicas para proteger a estos actores, agrava aún más la situación.
Así las cosas, la consecuencia más grave sería que existan más gobiernos locales al servicio del narcotráfico. El crimen organizado está interesado en cooptar gobernantes, ahí es donde está su negocio y peligra el Estado de Derecho. La lucha contra la delincuencia es hoy un problema político de primer orden, y no solo uno de seguridad ciudadana. Nuestra débil democracia está en riesgo y no se trata de “generar alarma”. La terca realidad se impone.
Vericuentos
Monreal, ¿pelea por la Cuauhtémoc?
Freno de mano aplicó el Instituto Electoral de la Ciudad de México y suspendió el recuento total de votos en la alcaldía Cuauhtémoc, tras la resolución de la Sala Regional de la Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Caty Monreal, hija de Ricardo Monreal, coordinador parlamentario de Morena en el Senado, exige recuento total de votos en la elección que perdió ante la alcaldesa electa Alessandra Rojo De la Vega.
En 2015, su papá fue jefe delegacional y le heredó el cargo a la polémica alcaldesa Sandra Cuevas, (PRI, PAN y PRD) Ahora lo intentó con su hija Caty, pero perdieron. ¡Sopas!
Reforma “Brusquita”: Noroña
Por si había dudas, Gerardo Fernández Noroña, senador electo por Morena, confirmó que la reforma al Poder Judicial, está decidida desde el pasado 2 de junio y probablemente la elección de los jueces, ministros y magistrados se llevará a cabo en el primer trimestre de 2025. Advirtió que esa reforma es una “revolución” y será “brusquita”, pero es “ocioso oponerse”. ¡Tómala!
@guillegomora