Muchas de las disciplinas que hoy se practican durante los juegos olímpicos tienen su origen en la guerra. Basta pensar en el arco, la esgrima, la equitación y el lanzamiento de jabalina para advertir que esta afirmación tiene algo de sustento. Pero no todas las disciplinas olímpicas provienen de guerras y batallas. Hay otras que, en cambio, surgieron del mero ocio.
En la Inglaterra de 1870, las condiciones climáticas dificultaban que la gente pudiese practicar el famoso juego de tenis en invierno. Las lluvias y los fuertes fríos obligaban a las personas a quedarse en espacios cerrados. Fue justo durante esos encierros cuando algunos se aburrieron lo suficiente como para improvisar sus propios juegos de tenis.
Cambiaron las canchas por mesas de billar o comedores. Utilizaron libros o cartones para delimitar el espacio de las mesas en dos. Las raquetas se sustituyeron por tapas de caja de puro. Hicieron pelotas de corcho y con todo ello crearon lo que después llegó a conocerse como tenis de mesa.
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Con los años, la idea se patentaría y los materiales de este nuevo deporte se irían perfeccionando. Los libros se cambiaron por redes, se introdujeron las icónicas paletas de goma y, con la llegada de este juego a Estados Unidos, la pelota se fabricó con celuloide para que rebotara más fácil. Fue también por esos tiempos cuando el tenis de mesa se rebautizó como “Ping Pong” debido a los sonidos que la pelota hacía cuando pega con la mesa y la paleta.
En 1988, el tenis de mesa llegó finalmente a los Juegos Olímpicos de Seúl. China ha sido la gran triunfadora desde entonces. Es por mucho la nación con más medallas en esta competencia. En total tiene 60 de las cuales 32 son de oro, 20 de plata y 8 de bronce. Corea del Sur es la segunda nación con más medallas en tenis de mesa y apenas tiene un total de 18.
¡Atrévete a saber! Sapere aude!
@hzagal