Ayer fue día de los museos. ¿Cómo lo celebraron? ¿Visitaron alguno? Los museos son espacios culturales y educativos; pero también son lugares recreativos. Algunos de mis amigos del mundo de la política cultural piensan que está hablar de los museos como lugares turísticos. Dicen que ese enfoque es mercantilista. Yo digo que no, que los museos son enormes polos de atracción, como lo son las playas. La cultura es divertida y también puede ser una fuente de ingresos para un país. Basta pensar en el turismo de Madrid, Roma y París. La cultura, la defensa del patrimonio y el turismo no están peleados.
El museo más sabroso, sí, sabroso, está en Mérida. Es el Museo de la Gastronomía Yucateca. En realidad, es un restaurante, pero ofrece una pequeña explicación del origen y confección de algunos platillos yucatecos. Cuando sacan del horno de tierra –pib— la cochinita o el relleno negro te invitan a ver como desentierran esos deliciosos manjares. Es uno de los pocos lugares del centro de Mérida, salvo el mercado, donde aún cocinan con pib. El Museo de la Gastronomía Yucateca es un verdadero museo interactivo. Por cierto, el relleno yucateco nada, absolutamente nada, tiene que ver con la “rellena” del centro del país. El recado negro, que es la base del platillo, no lleva ni una sola gota de sangre. Algunos de mis amigos chilangos nunca lo prueban por mero prejuicio: dicen que debe saber a moronga.
En la Ciudad de México, me encanta la Casa del Risco, que contiene una pieza única del barroco novohispano: una fuente hecha de concha, porcelana oriental y piezas de talavera poblana. Es sencillamente espectacular. Contiene, además, una pinacoteca con lienzos novohispanas y una pequeña, pero muy interesante colección de pinturas europeas. Está frente a la Plaza de San Jacinto en San Ángel. Es un mueso pequeño y muy bien curado.
Te podría interesar
Hay museos tristes, muy tristes. Es el caso del Museo de las Intervenciones, que ocupa el exconvento franciscano de Churubusco. Ahí los soldados mexicanos y los soldados del batallón de San Patricio fueron capturados por los yanquis. A los sanpatricios, así se les conocía, se les ejecutó en San Ángel, Mixcoac, y Tacubaya. Digo que es triste porque nos recuerda que México perdió la mitad de su territorio: Texas, Arizona, Nuevo México, California, Nevada, Colorado, Utah y una parte de Kansas y Oklahoma. La guerra de 1846-1848 fue una guerra de conquista que marcó el modo como, desde entonces, nos mira Estados Unidos. ¿Les he contado que muchos de mis alumnos no sabían que esos territorios fueron mexicanos? Y tengo un par de colegas que dicen que Estados Unidos hizo bien, porque esas tierras estaban desocupadas…
Hay museos casi desconocidos, como el fuerte de San Diego en Acapulco. Este fuerte se construyó para proteger al galeón de Manila, que cubría la ruta entre Filipinas y la Nueva España. A cambio de la plata novohispana, se traía marfil, porcelana, especias, seda y, por supuesto, papel de China, aunque bien pronto los mexicanos supimos confeccionarlo. Lamentablemente, pocos turistas se enteran de su existencia y, además, San Diego no está en una de las zonas más seguras del país. No sé qué tan lastimado quedó por el huracán Otis. ¿Ustedes saben algo?
En el Museo de la Restauración de la República de Querétaro se recrea la celda en donde Maximiliano de Habsburgo pasó sus últimos antes de ser fusilado en el Cerro de las Campanas. Como padecía una disentería terrible, se le eximio de la obligación a asistir presencialmente a su juicio. Mi novela Imperio, publicada por Planeta, habla de los últimos tres días de Maximiliano en su celda. Y el monólogo Imperio, dramaturgia de Rodrigo González, música de Alonso Burgos, y actuación de Antón Araiza se basa en mi relato. El monólogo Imperio se representa los domingos de junio y julio a las 19:00 en el alcázar del Castillo de Chapultepec que es, también, otro de los museos más bonitos de México.
@hzagal
Héctor Zagal conduce el programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal” todos miércoles a las 22:00 y los domingos a las 18:00 en MVS 102.5 de FM