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En la nota anterior comentamos la interpretación que la Suprema Corte de Justicia dio a la Décimo Tercera Enmienda de la Constitución de EUA. Ahora revisaremos brevemente la Décimo Quinta Enmienda promulgada en 1870, que establece:
- (a) Ley del derecho al voto
El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos a votar no será negado o disminuido por los Estados Unidos o por cualquier Estado debido a raza, color, o condición anterior de servidumbre.
El origen de esta enmienda traducida del inglés “voting rights” fue la respuesta del gobierno federal para combatir la discriminación racial posterior a la Guerra Civil, centrada casi exclusivamente en contra de los negros recientemente emancipados por el presidente Abraham Lincoln, conocida como la etapa de la Reconstrucción. Sin embargo, los negros no eran la única minoría racial en EUA a fines del siglo XIX. Los inmigrantes chinos también estaban presentes y el número de este grupo era significativo, especialmente en el Estado de California; además, si bien la condición de los negros era la principal preocupación de la Reconstrucción, también la condición de los inmigrantes chinos fue objeto de considerables debates en esta etapa.
Transcribiré uno de los tantos debates en el Congreso sobre el estado migratorio de las personas chinas en el período comprendido entre 1869 y 1872, con el fin de entender la actitud republicana hacia los chinos y leer la diferencia que hacen entre el estado migratorio, la raza y los derechos en la ideología republicana en la época de la Reconstrucción. Las supuestas diferencias entre los chinos y los negros libres se debatían a diario en el Congreso. La percepción de que los chinos carecían de cualquier conexión permanente con EUA se argumentaba como base para excluirlos y no darles el derecho al voto. En 1870, casi todos los chinos en EUA habían nacido en China y en general, se les consideraba como transeúntes cuyas lealtades permanecían con China. Además, también se argumentaba que los chinos tenían la intención de regresar a su país. Estas diferencias tuvieron un impacto importante para su estado migratorio. Bajo la ideología republicana que se desarrolló durante la Guerra Civil, todos los negros libres, tenían automáticamente el derecho a obtener la ciudadanía. En contraste, la única ruta posible para obtener la ciudadanía para todos los inmigrantes era a través del proceso de naturalización, el cual estaba limitado única y exclusivamente para “personas blancas libres”. Vemos claramente como el mismo mecanismo de naturalización excluía al chino de poder obtener la ciudadanía, porque se argumentaba que no llenaba el requisito de ser persona de raza blanca. Los debates en el Congreso sobre otorgarles o no a los chinos, el derecho al voto en la época de la Reconstrucción estaba dividido. En un extremo, se encontraban miembros del partido demócrata que en su mayoría representaban los intereses del Sur, quienes no estaban dispuestos a garantizar derechos a las personas que no fueren blancas. En el otro extremo, se encontraban algunos miembros del partido republicano quienes insistían que el derecho a votar no debía ser exclusivamente para las personas blancas.
El Senador por el Estado de Nevada, William M. Stewart (1865-1875) argumentó que los inmigrantes chinos eran sujetos a explotación, maltrato y degradación por la ley del Estado de California y que no debían de ser excluidos de la Décimo Quinta Enmienda y que existía el compromiso de otorgarles el derecho al voto. El Senador Stewart como uno de los autores responsable de esta ley C en su exposición de motivos C expuso el siguiente razonamiento de por qué se debía incluir a los inmigrantes chinos:
- Mientras [los inmigrantes chinos] se encuentren aquí, es nuestra obligación protegerlos. Yo he incorporado la resolución a esta ley, por la recomendación que me hizo el Comité Judicial, para facilitar los asuntos y que el tema se lleve a discusión. Es una obligación solemne de este Congreso, el ver que toda la gente este protegida, el que todas las personas reciban la misma protección de la ley, no obstante sean extranjeros. El chino o cualquier otro extranjero, que viene aquí, tiene derecho a la protección de la ley. Si los juzgados estatales no les otorgan la misma protección de la ley; si el sentimiento público es tan inhumano como para robarlos de sus derechos civiles, yo digo que yo no sería hombre, que yo sería menos que un hombre, si no insistiera, y aquí insisto, que la promesa de esta nación hace es el de cumplir y proteger a los inmigrantes chinos…”
Después de grandes debates y estrategias parlamentarias, el Congreso adoptó la Décimo Quinta Enmienda constitucional otorgando el derecho al voto sin la condición de tener que ser persona de raza blanca, pero se inserta en la Enmienda el requisito de ser ciudadano y el chino por no ser de raza blanca, no podía obtener la ciudadanía y por ende no podía votar. Vemos pues como en la época de la Reconstrucción, a pesar de que el Senador Stewart peleó con todas sus fuerzas para proteger al inmigrante chino exigiendo se le otorgara la protección de la ley, de la justicia, implorando humanidad y decencia, al final pierde pues el Congreso trata al inmigrante chino como si no fuere un ser humano, sino meramente fuera un extraterrestre “alíen” carente de derechos humanos.
Votamos para que los representantes del próximo gobierno mexicano busquen a algún representante en el Congreso Norteamericano para que grite a los cuatro vientos las mismas palabras del Senador Stewart: “Mientras [los mexicanos indocumentados] se encuentren aquí, es una obligación solemne el protegerlos…”
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