“¿Cómo saber si estoy en la relación correcta?”, ¿cómo se siente? ¿Acaso la duda es señal de su final? ¿O es la prueba de que ocupa cada espacio de tu mente? Ariana reflexiona así en el inicio de una nueva etapa de su propia vida. Aunque personalmente haya sufrido una separación, ella regala estas letras a cada corazón cansado y roto en busca de paz, amor y olvido.
Ariana Grande regresa con su séptimo álbum de estudio “eternal sunshine”, en el que, a través de 13 canciones, la mayoría inspiradas fuertemente por la película “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, expone las heridas y deseos de su corazón, con la esperanza de olvidar y sanar; para que la música sea su máquina de borrado mental, hasta donde la ciencia ficción y la imaginación alcancen a curar.
Si bien Ariana se divorció de Dalton Gomez apenas en octubre de 2023, este disco realmente se concentra en los conceptos de la separación y el olvido. Las canciones son instantáneas de un proceso de duelo, que van desde la despedida hasta la superación. Son flashes de una historia tan personal como universal. De tal forma, en “bye”, nuestra protagonista decide por fin marcharse de una relación que la mantenía en el constante agobio de un cambio que jamás sucedería. El primer paso, el más duro y difícil, para romper un ciclo tóxico… y qué mejor que darlo con el baile de violines disco, un símbolo ya de libertad y amor propio.
Agobiada por la prensa, Ariana hace una gentil y sofisticada respuesta-mentada en “yes, and?”. Al igual que Madonna en los 90 con “Vogue”, Ari se muestra tal cual es, con heridas y sonrisa discreta, e invita a todos, enemigos o fans, a hacerlo por igual. Puede ser un mensaje al ex o a los tabloides, qué importa… Es una etapa de cambio; mi cuerpo es mío, mi vida es mía, mi energía es mía, y monto con ella a quien quiera.
Desde lejos, los recuerdos y remordimientos acechan a Ari, aunque en su vida siga con un nuevo pretendiente. En “eternal sunshine”, Ari recurre a la música para olvidar ese gran amor. Tanto el dolor como la alegría se comienzan a difuminar; la máquina procesa cada vivencia y las borra con el ritmo constante de una computadora. Todo desaparece; queda sola la voz de Ari lista para reescribir una vida y un futuro.
Aún así, hay algo dentro que se mantiene atado a una esperanza vacía. En “we can’t be friends”, su propia voz interna le reafirma que intentarlo es inútil. Cortar en buenos términos no significa un inminente regreso; ambos son lo suficientemente maduros para reconocer sus errores y seguir bailando por su cuenta. El amor esperará en un rincón para volver a bailar, pero la canción debe terminar.
Lamentablemente, no existe (todavía) la tecnología para borrar definitivamente a alguien de la mente, pero viven las palabras de la experiencia para crecer y avanzar. En “ordinary things”, es la Nonna de Ariana, su abuela Marjorie, quien responde la pregunta inicial: son las cosas pequeñas las que mantienen vivo el amor; ver lo increíble en los detalles cotidianos de la relación; que cada beso de buenas noches sea extraordinario. Y si ya no existe esa magia, si las cosas volvieron a ser ordinarias, es mejor alejarse. Olvidar el pasado con el eterno resplandor del siguiente día.