OPINIÓN SERGIO ANZALDO BAEZA

El México que AMLO deja

A lo largo de seis años los medios se empeñaron en atacar sin ton ni son la gestión del expresidente de México.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. Créditos: Cuartoscuro
Escrito en OPINIÓN el

El sentido común señala que el México que deja Andrés Manuel López Obrador no es el país en ruinas que describen algunos medios de comunicación. A lo largo de seis años varios medios se empeñaron en atacar sin ton ni son la gestión de AMLO, sin reparar en la realidad social, económica y política que vivía la mayoría de la población y que desmentía sus versiones catastróficas. Estos medios perdieron relevancia en la formación de la opinión pública nacional y, por lo que se ve, a pesar de algunos ajustes editoriales que han realizado, siguen con la misma mirada parcial que les impide conectar con la realidad de la mayoría de la población. Contrastemos ciertas evaluaciones publicadas el último día de gestión de AMLO, 30 de septiembre de 2024, en las primeras planas de algunos periódicos de circulación nacional con la frialdad de los datos duros que deja el gobierno de López Obrador.

El balance sexenal del Reforma es categórico: “Se rezagó México frente al mundo”. Si fuese cierto, cómo se explica que México avanzó dos lugares entre las 20 economías más grandes del mundo. Pasamos de ser la economía 14 en 2018, a la 12 en 2024, rebasando a España, Australia y a Corea del Sur. De igual manera cómo se explica que el peso fue de las únicas tres monedas que se apreciaron frente al dólar, 3.3%. Y cómo ue posible que dejamos atrás la tradicional devaluación que desde Echeverría enfrentamos cada fin de sexenio. Zedillo devalúo 172% el peso, Fox 17%, Calderón 17.9% y Peña 56%, por solo recordar las últimas administraciones.

Los cintillos de la primera plana del Reforma son más puntuales, pero igual de distorsionados: “Termina sexenio sin crecimiento: PIB baja; Cae PIB per cápita; peso no gana; y sube homicidios.” Desde su perspectiva no existe el crecimiento económico del 4.5% que experimento el país respecto a 2018, a pesar de la caída mundial causada por la pandemia sanitaria COVID19. Tampoco es relevante que en estos seis años se estableció un récord histórico de 22 millones 490 mil empleados formales inscritos en el Seguro Social, 2,409, 863 más que en 2018, con un salario promedio de 17,691 mensuales. NI que México tenga la segunda tasa mensual de desempleo más baja del mundo 2.71, la misma que Japón y solo superada por Corea del Sur que es de 2.4%.  Pasa por alto que México se convirtió en el socio comercial más importante de EU, con 70.7 billones de dólares, por encima de los 63.5 billones de Canadá y de los montos con China.

Los cintillos del Reforma no consideran la reducción de 2.25% de la informalidad laboral, que pasó de 56.6% en 2018 a 54.3% en 2024. Que 9.5 millones de personas salieron de la pobreza. Y no se dieron por enterados de que la inflación se mantuvo en 4.99% a pesar del incremento del 110% a los salarios mínimos. Tampoco consultaron en el INEGI que la percepción de inseguridad pública bajo de 79.39% en 2018 a 73.62% en 2024.

El Universal tira la piedra contra la gestión de AMLO, pero esconde la mano. Publica en sus ocho columnas: “Hay retroceso de 20 años en educación pública: expertos”. Ni sus expertos ni sus editores ponderan que gracias a la política social la deserción escolar bajó. Comparando los ciclos escolares 2017-2018 frente al 23-24 la tasa de deserción escolar bajo. En primaria de 0.5% a 0.3%; en secundaria de 4.6% a 2.4%; en preparatoria de 14.5% a 8.5%; y en educación superior de 8.4% a 5.3%. En el caso de la prepa, que es el nivel de mayor deserción, con una matrícula de 5 millones de estudiantes la disminución significa que 300 mil estudiantes continuaron sus estudios en lugar de abandonar la escuela. Claro que, por primera vez, todos los bachilleres de educación pública recibieron una beca. De hecho, en 6 años de la 4T se invirtió 20 veces más en los jóvenes que en los sexenios anteriores, 135 mil 899 millones de pesos.

Por su parte, El Financiero elige para sus ocho columnas lavarse las manos: “Concluye gobierno de claroscuros en materia económica”. Pero en su encuesta destaca “Termina AMLO su sexenio con 68% de aprobación”, lo que significa, según la misma métrica del diario, que AMLO concluye su mandato con un punto por debajo de Zedillo que salió con 68%. En este punto el sentido común alerta y lleva a consultar Oraculus en el que, de acuerdo con su promedio de encuestas, AMLO concluye con un 74% de aprobación contra un 67% de Zedillo: 7 puntos porcentuales de distancia que explican, por lo menos en parte, porqué el primero logró la continuidad de su proyecto y de su movimiento, y el otro no. 

El Economista también compara el sexenio de AMLO con el de Zedillo. En sus ocho columnas publica: “Inversión pública con AMLO, en promedio la más baja desde EZP”. Nuevamente asalta el sentido común con la pregunta ¿Entonces cómo AMLO construyó más de mil 700 kilómetros de vías de tren, mientras el otro vendió el sistema ferroviario mexicano que contaba con poco más de 22 mil kilómetros de vías? Este periódico tampoco refiere que La Bolsa Mexicana de Valores creció el 26.47% durante la gestión de AMLO. De que se rompió el récord histórico de utilidades de los bancos, llegando a 272 mil 690 millones de pesos. Y que la deuda pública se incrementó 4.9% del PIB, frente al 8.01% con Peña y el 7.44% con Calderón. O que se incrementaron en 30.3 % las reservas internacionales del Banco de México, rebasando los 226 mil millones de dólares.

Según el AMLOTrackingpoll de El Economista, AMLO terminó con un 63.3% de acuerdo y un 36.3% de desacuerdo. Su ponderación subestima en 11 puntos el promedio de aprobación de AMLO de Oraculus y sobreestima en 12.3 el desacuerdo, que Oraculos consgina en 24%. Para los científicos sociales de El Economista no tuvo ningún impacto social en la valoración del gobierno de López Obrador la inversión acumulada de los programas del bienestar, que en su gestión fue de 2.73 billones de pesos, beneficiando a 30 de 35 millones de familias que hay en el país.

En fin, más allá de cualquier consideración ética o jurídica sobre perspectivas editoriales como éstas, se impone el sentido común y el juicio práctico. Si es abismal la disonancia entre mi entorno y lo que publican los medios, es más probable que pierda confianza en los medios. Si voy a invertir en un negocio y constato, un día sí y otro también, que fallan los augurios de los especialistas que consulto, pues es más factible cambiar de especialistas y fuentes informativas. Si voy a diseñar una estrategia para tratar de competir política y electoralmente con la 4T es más prudente optar por fuentes informativas objetivas, aunque no coincida con lo que digan.

Mientras el enojo y la frustración sigue devorando a algunos medios, comentaristas y actores sociales y políticos, el México que deja Andrés Manuel López Obrador sube 11 escalones en el ranking mundial de la felicidad, ocupando el lugar 25. En fin. La historia irá poniendo a todos en su lugar.

Fuente de datos de la gestión de AMLO, Mañanera del 30 de septiembre de 2024.