OPINIÓN MINA MAGALLÓN

Tragedia o traición

¿La sociedad norteamericana, cumplirá con el mandato de inhabilitación que señala la Constitución?

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La Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América ratificada en 1868 (Enmienda XIV) es una de las enmiendas posteriores a la Guerra Civil, que incluye, entre otras, la Sección 1 la cual otorga la garantía del debido proceso judicial,  la Sección 2 otorga la garantía de igualdad ante la ley y en la Sección 3 conocida como la cláusula de inhabilitación que establece: …Ninguna persona podrá ser senador o diputado en el Congreso, ni tampoco podrá participar en el Colegio Electoral eligiendo al presidente y vicepresidente de los Estados Unidos… si, habiendo prestado juramento previamente para defender la Constitución de los Estados Unidos, ha incurrido en insurrección o rebelión contra los mismos, o ha dado auxilio o consuelo a sus enemigos…

Las acusaciones federales y estatales sin precedentes históricos contra Donald Trump han llevado a muchos a preguntarse qué pasaría si lo condenan de cualquiera de las múltiples acusaciones de acuerdo con la ley.  Creemos que la Sección 3 estipula claramente que no podrá ser presidente.  La cláusula de inhabilitación opera independientemente de cualquier procedimiento penal y, de hecho, también independientemente de los procedimientos de juicio político (impeachment) y de la legislación del Congreso.  Esta cláusula fue diseñada para operar directa e inmediatamente sobre aquellos que traicionan su juramento a la Constitución, ya sea tomando las armas para derrocar al gobierno o librando una guerra contra el gobierno intentando anular una elección presidencial a través de un golpe de estado.

Los esfuerzos de Trump para anular las elecciones presidenciales de 2020 culminando con el ataque al Capitolio lo colocan automáticamente dentro del ámbito de la Enmienda XIV, Párrafo 3 inhabilitándolo y, por lo tanto, nunca más podrá ser elegible presidente.  La cuestión constitucional más apremiante que enfrenta los Estados Unidos en este momento es si se cumplirá con este claro mandato del Párrafo 3 de inhabilitación señalada en la XIV Enmienda Constitucional.

Escrito con precisión y minuciosidad, el Párrafo 3 presenta el caso convincente de que no caduca con el paso de la generación que participó en la Guerra de Secesión.  Este párrafo se introdujo para prevenir que cualquier persona que hubiera tenido una posición en contra del gobierno federal se le consideraba como traidor y de acuerdo con la Sección 3 no podía participar de ninguna manera en el gobierno federal, estatal o municipal.  La Sección 3 tampoco ha sido revocada o interpretada de otra manera por resolución judicial, sino que continúa hasta el día de hoy en vigor haciendo automáticamente inelegibles para futuros cargos públicos a todos los "exfuncionarios que participaren en una insurrección o rebelión".  Así mismo, la inhabilitación de conformidad con el Párrafo 3 no es un castigo o una privación de ninguna "libertad" o "derecho", ya que en la medida en que alguien que no cumple con los requisitos que marca la Constitución, no tiene un "derecho constitucional” de servir en un cargo público.  La decisión de que Donald Trump participó en la insurrección o rebelión radicará en la decisión judicial que defina que constituye "insurrección", "rebelión" o "ayuda o consuelo al enemigo".

En 1796, George Washington en su discurso de despedida a la nación manifestó:  “La Constitución que en ese momento existe, hasta que sea cambiada por un acto explícito y auténtico de todo el pueblo, es sagradamente obligatoria para todos.  La idea misma del poder y el derecho del pueblo a establecer un gobierno presupone el deber de cada individuo de obedecer al gobierno establecido.  Todas las obstrucciones a la ejecución de las Leyes son destructivas de este principio fundamental, y de tendencia fatal ... Por más que las combinaciones o asociaciones de la descripción anterior puedan responder de vez en cuando a fines populares, es probable que, con el transcurso del tiempo, se conviertan en motores poderosos, mediante los cuales hombres astutos, ambiciosos y sin escrúpulos podrán subvertir el poder del pueblo y usurpar para sí mismos las riendas del gobierno; destruyendo después los mismos motores que los han elevado a un dominio injusto”.

Sabemos que Trump no respeta la XIV Enmienda Constitucional y no vemos claro que el gobierno aplique la ley y sancione.  En Mexico, tenemos el ejemplo ahora de que el partido de Morena, creo reglas para sus precandidatos, pero no se cumplen, no se respetan y mucho menos no hay sanciones por su incumplimiento.  Por lo que parece una burla entre tragedia o traición con los partidos políticos de ambos países. 

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