Perfecta, siempre perfecta. Una mujer americana que se ve hermosa cuando llora, que no se enoja cuando se molesta, que siempre perdona y olvida. Un ideal imposible que Olivia destroza con guitarras y gritos de desesperación. La “all-american bitch”, que tiene mucho qué decir y qué escupir.
Olivia Rodrigo regresa con su tan esperado segundo álbum “Guts”, una colección de 12 canciones donde la cantante de 20 años desahoga la angustia de vivir bajo el ojo crítico de la sociedad; la ansiedad de enfrentar una industria que la idolatra, pero en el fondo espera su caída; la frustración de un corazón roto; el miedo de crecer.
Rodrigo nos cuenta una noche de malas decisiones. Ver a tu ex: “bad idea right?”. Una guitarra persigue a Olivia en su travesía por regresar con un ex-amante, sólo por una noche. ¿Qué puede salir mal? Todo. Así lo gritan sus amigas desde el fondo, mientras las cuerdas se distorsionan y caen, como tropiezos sobre la cama del ex. Un error más, una experiencia más. Da igual si es a los 20 o los 40, nunca aprendes, siempre caes; entonces, hazlo con una risa.
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Olivia monta una película en “vampire”. Sola con su piano, nos relata el inicio de una traición, de alguien que sólo la usó por su juventud, su fama o sólo por placer. Más instrumentos, más personajes se unen en esta huida del dolor, del vampiro que la persigue en recuerdos marcados como cicatrices en la piel. Violines lloran junto al grito de Olivia, mientras las lágrimas de frustración ruedan por sus piernas. ¿Cómo fui tan tonta? Cómo no serlo, si el amor brilla incluso disfrazado de mentiras.
Cada canción podría ser un libro, con historias cotidianas cuyos sentimientos Olivia explota hasta el límite del melodrama. Situaciones adolescentes con sentimientos que carecen de edad. En “get him back!”, Olivia retrata las ansias de una venganza imaginaria; nos cuenta de un completo patán que le hizo sentir bien (a veces), pero que ahora merece recibir el mismo dolor. No está sola, sus amigos la apoyan, como una cuadrilla de porristas. Pero en el fondo, Olivia también lo quiere corregir, para que, cuando ella sea su único pensamiento, pueda romperle su corazón y no vuelva a lastimar a nadie.
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“Dicen que todo se pondrá mejor, pero ¿y si yo no?”, concluye Olivia en “teenage dream”. Sin importar la edad, todos hemos tenido ese miedo de darnos cuenta que, a lo mejor, ya entregamos lo mejor de nosotros. ¿Cuánta vida queda por delante? En una industria que sólo espera el siguiente gran hit, ¿cómo te mantienes vigente? Olivia reconoce que su appeal juvenil está por terminar y pide perdón por dejarlo atrás. ¿Realmente fueron buenas esas canciones? ¿Mejoraré? Las dudas presionan las teclas del piano; intenta disipar su mente con un mantra maldito, hasta que su lamento explota la nube de ruido y la regresa de nuevo al frente del piano. No hay respuestas, solo tiempo, familia y silencio.
En el último gran show de sus teens, Olivia teje entre historias ordinarias los sentimientos tan abrumadores que los adultos prefieren esconder. El sueño adolescente terminó; sin embargo, el futuro incierto de Olivia se disipa con sus letras maduras y su voz de glitter. Siempre fue madura, siempre estuvo a la altura, porque siempre fue real. Ya no te contengas, desahoga tus entrañas.