OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

Menos pobres y ¿la pobreza?

Una cosa es contar con ingresos para el gasto en Hogares y otra mejorar la calidad de vida y oportunidades.

Reducir el número de pobres no puede entenderse reducir la pobreza.
Reducir el número de pobres no puede entenderse reducir la pobreza.Créditos: Cuartoscuro
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Hace un siglo, al concluirse la Revolución Mexicana, una de las garantías por cumplir del Estado a ese pueblo dolido y disminuido era la educación. Para ello, se crea una Secretaría que hiciera posible lo que por siglos no se consideró un derecho público, masivo, mucho menos laico ni gratuito. La hazaña comenzó con el idealista José Vasconcelos desde los muros hasta el teatro clásico en las vecindades y la calle. La SEP ha pasado por todos los momentos, los estilos, las metodologías, pedagogías, políticas, vicios, virtudes, sistemas, motines, proyectos, fracasos y crisis.

Tal como lo advirtió desde campaña y el lema de su ejercicio como mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador: “Primero los pobres” y lo ha cumplido, como los indican los fríos números del Informe de la “Medición de la pobreza 2022 en México” que ha presentado que ha pasado en el periodo de cinco años de su gobierno en 2018 de 43.9 a 36.3 millones para este 2023. Hasta aquí es los datos no mienten, pero eso no significa ir en contra de la pobreza. Reducir el número de pobres no puede entenderse reducir la pobreza. Una cosa es contar con ingresos para el gasto en Hogares y otra mejorar la calidad de vida y oportunidades.

La encuesta nos permite ver a primera vista, por primera vez en muchas décadas la disminución porcentual de pobres en nuestro país es de más de 7 puntos, no así la mejora en la política social de cobertura y gasto por familia que se ha tenido que hacer en este periodo tras la crisis sanitaria que el mundo ha vivido. Sin afán de polarizar, la política de reducir la brecha de pobreza y marginalidad que hay en México la cual es vergonzosa y dolorosa por la aguda desigualdad, la otra realidad es que los dos principales rubros que llevan a la mejora real de las oportunidades de un ascenso social y de calidad de vida continuo y sostenido es lo que sigue representando un reto, es decir salir de la pobreza.

El enorme esfuerzo por aumentar el nivel económico al aumentar el salario mínimo de los trabajadores propició un mejor gasto en los hogares, pero la crisis sanitaria y económica mundial golpeó (como ocurre siempre en estos sucesos) a la población que vive en extrema pobreza en donde la reducción fue mucho menor, al pasar de 8.5 a 7.1 entre 2020 y 2022, superior al 7.0% registrado en el 2018. Es, decir aumento la sociedad en los límites de la pirámide social, quienes no lograron salir de la informalidad, de ausencia de los servicios básicos elementales y lejos de la participación de los dos ejes claves para romper el círculo de pobreza: educación y salud.

Es justo ahí, en la Educación y Salud donde está la real diferencia ser menos pobres y la pobreza. El mejorar el salario no significa disminución directa de las carencias sociales donde el aumento fue mayor 19.4% de la población en pobreza tuvo un amento en rezago educativo y casi el doble del aumento en el gasto o falta de acceso a los servicios de salud que pasó del 19 al 39% en este último lustro. Más de 50 millones de personas en nuestro país carecen de servicios básicos de salud y en los años de 2019 y 2021 con la crisis sanitaria por el COVID-19 el gasto familiar en materia de atención, tratamientos o defunciones provocó un gasto que pudo aumentar hasta un 200% de desembolso para las familias, lo que reta al gobierno, las políticas públicas y la infraestructura estatal a crear lo antes posible un sistema sólido en materia de Seguridad Social y en Educación, aunque el tiempo ya no será suficiente para este gobierno de la 4T.

En materia educativa, el reto es de largo aliento, quizá el proyecto institucional es exitoso, pero requiere de por lo menos una generación para el cambio. No sólo por la formación básica que debe tener una cobertura nacional del 100% que aún falta desde 1921 sino porque hay que aumentar la capacidad e infraestructura para que más jóvenes lleguen y concluyas sus estudios universitarios en escuelas públicas donde la carencia es mayor. El reto será mejorar las condiciones de vida no sólo reducir la pobreza.

Abramos la discusión: @salmazan71