Estamos reunidos aquí para profanar la tumba de Randy Fitzsimmons. La mente que reunió a cinco jóvenes suecos en una banda y creó todas las canciones que los llevarían al éxito. Un hombre oscuro, lleno de veneno y adrenalina. Un pretexto para ausentarse once años tras su partida. Una persona inventada, cuya muerte se llevó la madurez y dejó una banda para siempre adolescente.
The Hives regresa con su sexto álbum de estudio, “The Death of Randy Fitzsimmons”, cuyas 12 canciones son el testamento y manifiesto que Randy dejó para su banda, fiel al rock más crudo y directo (como siempre debe ser): furia joven sin control, aún cuando sus integrantes ya rocen los 50.
Guitarras contundentes y un bajo de puños marcan la cuenta regresiva de “Countdown to Shutdown”. Howlin’ Pelle Almqvist aviva una revolución de bar con sus alaridos que critican un mundo lleno de estupideces adultas. No falta mucho para que implote en sus propias contradicciones; mientras tanto, lancemos puños al aire en el mosh pit.
Sintonicemos “Rigor Mortis Radio”. El rock vive con la sangre pulsante del bombo. Pelle se regodea como el locutor de una estación que sobrevive por pura resiliencia. Muchos critican y alaban… ambos se pueden ir al carajo. La banda se une a Pelle en este canto amenazante de destrucción y diversión.
Aplausos llaman a todos sus fans, jóvenes y veteranos, a seguir esta gran fiesta en “Crash Into The Weekend”. El rock es una comunidad: amigos empapados en sudor, gritando letras absurdas con una cerveza en la mano. Aún con el mismo ritmo, la banda crece y crece la tensión, como el tic tac de un detonador.
Hasta que por fin estalla en “The Bomb”. Cada una de las personas, compactadas en este bar de mala muerte, estallan con cada golpe de bombo. Miles de cuerpos, miles de bombas. Calor que sale en brincos, gritos y furia; calor que atraviesa y rompe paredes; calor que nunca enfría ni se pierde en el vacío del silencio. The Hives siempre han sido esa desesperación y angustia previa al estallido. Todos necesitamos sacar esa energía contenida, para que la explosión parezca más chica. Nosotros somos la bomba más grande.
“El Rock ‘n’ roll no puede crecer, es un perpetuo adolescente”, asegura Howlin’ Pelle. Sus guitarras son testimonio de que se han mantenido fieles a ese ideal. Con más de 20 años de carrera, mantienen la energía cruda de tocar en bares apestosos, e incluso la han llevado a los grandes estadios del mundo, ante miles de renegados hambrientos de caos y diversión. La edad y la muerte son inevitables, se sabe, por eso ya está muerto Randy, pero sus canciones, sus The Hives, seguirán jóvenes y vivos por siempre.
P.D. Randy nunca existió.
Nota: The Hives llegarán a nuestro país como parte de su gira mundial el próximo 17 de noviembre en el Corona Capital 2023, que se llevará a cabo en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, donde compartirán escenario con otros artistas como Pulp, Blur, The Cure, Arcade Fire, y más. Los boletos aún están disponibles a través Ticketmaster.