El cambio climático podría acelerar la liberación de microorganismos patógenos que han estado atrapados durante milenios por el derretimiento del hielo y el permafrost de los polos. Su aparición aumenta las amenazas al medio ambiente global e incluso a la propia humanidad con posibles epidemias y pandemias desconocidas.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica digital Plos Computational Biology por científicos de la Comisión Europea y del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad, en Ispra, Italia, encabezados por Giovanni Strona, la liberación de solo el 1% de los patógenos latentes que se encuentran congelados podría causar un daño ambiental importante y la pérdida generalizada de organismos huéspedes en todo el mundo.
“El deshielo del permafrost y la posible ‘fuga de laboratorio’ de microorganismos antiguos generan riesgos de invasiones biológicas para las comunidades ecológicas actuales, incluidas amenazas para la salud humana a través de la exposición a patógenos emergentes”, señalan los científicos en el artículo. “No está claro si tales invasores que ‘viajan en el tiempo’ podrían establecerse en las comunidades modernas y cómo; y los datos existentes son demasiado escasos para probar hipótesis”.
La destrucción potencial de los ecosistemas modernos que representan estos microbios ha sido difícil de predecir, pero armados de poderosas supercomputadoras los investigadores llevaron a cabo experimentos de simulación en los que patógenos digitales como virus del pasado invaden comunidades de huéspedes similares a bacterias.
“Aislamos patógenos similares a virus digitales de los registros anteriores de comunidades de vida artificial coevolucionada y estudiamos su invasión simulada en estados futuros de la comunidad”, señalan.
Luego los científicos observaron cómo en las simulaciones las invasiones afectaron la diversidad de organismos similares a bacterias de vida libre de las comunidades receptoras en comparación con otras comunidades de control donde no se produjo ninguna invasión.
Compararon los efectos de los patógenos invasores sobre la diversidad de las bacterias huéspedes y observaron que los antiguos patógenos invasores podían sobrevivir, adaptarse y evolucionar en el mundo moderno.
En sus hallazgos alrededor del 3.1% de los microorganismos se volvió dominante en su nuevo entorno. Sin embargo, lo que más les preocupó es que alrededor del 1.1% de esos invasores presentaron resultados impredecibles: algunos provocaron la extinción de hasta un tercio de las especies hospederas, mientras que otros aumentaron la diversidad hasta en un 12% en comparación con las simulaciones en las que no se les permitía escapar.
Derretimiento del Polo Norte
En recientes investigaciones se ha demostrado que el Ártico y Groenlandia, en general el Polo Norte, se está calentando más rápido de lo que los científicos estimaban, en comparación con el calentamiento medio mundial.
Por ejemplo, una investigación publicada en agosto de 2022, en la revista Communications Earth & Environment de grupo Springer Nature, realizada por un equipo de científicos de Finlandia y Noruega, estiman que el incremento del derretimiento es cuando menos cuatro veces más rápido que la media mundial.
En otro estudio llevado a cabo por científicos de Alemania, Canadá y Corea del Sur, basado en imágenes satelitales de la NASA y la ESA, observaron que la extensión del casquete polar ha venido menguando a un ritmo del 12.6% cada década desde 1980, por lo que entre 2030 y 2050 se derretirá por completo el Polo Norte, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual.
Cabe señalar que en el Acuerdo de París de 2015 se estableció como meta no superar los 2 grados del calentamiento global y para ello se propuso el objetivo de reducir las emisiones de gases, sin embargo, en los pasados 20 años, en lugar de reducirse se han incrementado en todo el mundo.
Ante estas tasas aceleradas y sin precedentes del derretimiento de los glaciares y el permafrost del Polo Norte se está brindando una oportunidad de resurgir a muchos tipos de microorganismos inactivos que quedaron congelados en estado latente en el hielo desde hace miles y millones de años, lo que plantea a los científicos muchas interrogantes sobre su potencial riesgo.
Los peligros que plantea este 1.1% de los patógenos liberados de las simulaciones pueden parecer pequeños, pero se trata de una gran cantidad de microbios del orden de billones que se liberan y llegan a comunidades actuales que no están preparadas para competir con los antiguos inquilinos.
Lejos de parecer una historia de ciencia ficción, los hallazgos demuestran los riesgos reales que plantean estos patógenos que podrían ser impulsores de cambios en los ecosistemas y una amenaza para la salud animal y humana.
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