OPINIÓN ARTURO BARBA

Un mundo con máquinas, dispositivos y aplicaciones inteligentes

Los avances tecnológicos de la IA brindan grandes beneficios, pero también enfrenta grandes desafíos y retos.

Algunas empresas han puesto a disposición de los usuarios con diversos programas, aplicaciones o chatbots como ChatGPT.
Algunas empresas han puesto a disposición de los usuarios con diversos programas, aplicaciones o chatbots como ChatGPT.Créditos: Pixabay
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El boom de la Inteligencia Artificial (IA) entre la sociedad no solo viene de los notables avances que algunas empresas han puesto a disposición de los usuarios con diversos programas, aplicaciones o chatbots como ChatGPT o Bard, sino de avances en distintos campos tecnológicos y su uso en diversas actividades como la salud humana, la tecnología espacial, la robótica y la investigación científica, entre muchos otros campos y especialidades.

Los avances tecnológicos de la IA brindan grandes beneficios, pero también enfrenta grandes desafíos y retos como es el caso de la IA generativa, el aprendizaje de máquinas, las máquinas creativas, el aprendizaje profundo, aprendizaje automático, redes neuronales, procesamiento de lenguajes naturales, inteligencia de enjambre, comportamiento emergente, percepción de máquinas, entre muchas otras, que se están adoptando de forma generalizada y están teniendo impactos en la productividad, la creatividad y la capacidad cognitiva de los seres humanos, pero también tienen implicaciones éticas, legales e incluso políticas, que apenas se están comprendiendo y analizando.

La IA es un concepto acuñado en 1956, por John McCarthy –uno de los fundadores del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT–, y la definió como “máquinas de cómputo inteligentes” y que hoy la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología (COMEST) de la UNESCO, integrado por un grupo internacional y multidisciplinario de científicos, define como las máquinas que imitan algunas funcionalidades de la inteligencia humana, como la percepción, el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la interacción lingüística, el comportamiento e, incluso, la creatividad.

Máquinas, dispositivos, programas y aplicaciones capaces de percibir, razonar, aprender, corregirse, comportarse y resolver problemas. O sistemas con la capacidad de interpretar correctamente datos externos, aprender de ellos y emplear esos conocimientos para llevar a cabo tareas y metas concretas, a través de la adaptación flexible y constante.

Estos avances tecnológicos se han aplicado en campos muy diversos que van desde jugar ajedrez o Go, hasta desentrañar la conformación de proteínas complejas de los organismos vivos, pasando por sistemas de conducción y vuelo autónomos, entre infinidad de aplicaciones de uso cotidiano o experimentales.

Por ejemplo, en el campo de la medicina se usa la IA en cientos de dispositivos médicos en tareas como la evaluación de riesgos para la salud, o en el diagnóstico de enfermedades como el cáncer a través del análisis de imágenes médicas como radiografías de tórax y ecografías cardíacas mediante algoritmos basados en IA.

Estos avances están potenciando la investigación médica y biotecnológica en la lucha contra las enfermedades infecciosas, entre ellos el descubrimiento de fármacos antiinfecciosos, o el diseño de nuevos medicamentos sintéticos, pero también en el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial utilizadas en robots autónomos médicos para procedimientos quirúrgicos complejos, o su implementación en dispositivos de rehabilitación portátiles y prótesis avanzadas que podría permitir una atención personalizada del paciente.

La palabra clave en la IA es el algoritmo: Un conjunto de instrucciones, pasos sucesivos o reglas definidas y no-ambiguas, ordenadas y finitas que permiten llevar a cabo una tarea o actividad, solucionar un problema, realizar un cálculo o procesar datos. Se han usado algoritmos a lo largo de la historia como por ejemplo una receta para preparar un platillo, manuales de usuario de algún aparato, las instrucciones para estructurar una oración en cualquier idioma, los pasos para realizar una multiplicación entre muchos otros.

Se han empleado siempre, incluido el campo de la programación computacional donde un algoritmo es una secuencia de pasos lógicos que permiten solucionar un problema con una computadora.

En todas las especialidades de la IA se usan algoritmos cada vez más refinados y complejos que se usan en videojuegos, en realidad virtual o en programas de animación para cine y televisión. Con la IA generativa se puede producir una amplia variedad de contenidos, tanto de texto, como imágenes, videos y audio, que ha sido adoptada rápidamente por el público en general, por científicos y tecnólogos.

Pero estas nuevas aplicaciones están afectando el uso de creaciones de artistas, investigadores, escritores, músicos y empresas que han planteado objeciones sobre el uso de estos programas sobre sus creaciones. Se vienen varias demandas por derechos de autor que podrían tener implicaciones sustanciales para el futuro de los sistemas de IA generativa.

Sin embargo, en muchos campos la IA es más eficiente y precisa que el ser humano sobre todo en tareas repetitivas, donde se pueden automatizar con el desarrollo de herramientas que pueden mejorar la productividad general de los trabajadores. Además, la automatización con IA podría reducir la desigualdad de ingresos al ofrecer innovaciones que permiten que los trabajadores con salarios más bajos y menos calificados se desempeñen a niveles que antes requerían capacitación especializada.

Estamos inmersos en un nuevo campo científico y tecnológico cuyo alcance es insospechado y del que solo he mencionado algunos ejemplos, pero continuaré haciéndolo en futuras colaboraciones.

Sin embargo, me temo que en este campo, como en el caso de otras tecnologías, nuevamente México se encuentra rezagado, con pocos especialistas de alto nivel (con menos de 200) y con pocos estudiantes. El papel del país será, otra vez, el de simple consumidor de lo que otros desarrollan, inventan y crean.

Comentarios y sugerencias: @abanav / abanav@gmail.com y sapiensideas.com