OPINIÓN ARTURO BARBA

El COVID largo afecta peor que el cáncer

Los pacientes informaron sobre el tiempo que les afectó el SARS-CoV-2, considerando el impacto en sus actividades diarias, niveles de fatiga, depresión, ansiedad, dificultad para respirar, confusión mental y su calidad de vida.

Créditos: Cuartoscuro
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La fatiga crónica peor de la que padecen personas que tienen algunos tipos de cáncer o enfermedad renal grave, es el síntoma que afecta más significativamente la vida diaria de las personas con COVID de larga duración o síndrome postCOVID-19 (SPC).

Este cansancio puede afectar la calidad de vida de las personas incluso tanto como aquellas personas que sufren cánceres metastásicos avanzados, señala un estudio llevado a cabo con casi 4 mil pacientes del Reino Unido, llevado a cabo por un equipo de científicos ingleses encabezados por William Henley, de la Universidad de Exeter.

Al analizar el impacto del COVID largo en la vida de más de 3 mil 754 pacientes que fueron remitidos a 31 clínicas postCOVID en el Reino Unido, los investigadores encontraron que muchos pacientes con esta afectación estaban gravemente enfermos.

“Sus puntajes de calidad de vida relacionada con la salud fueron más bajos que los de las personas con cánceres metastásicos avanzados, como el cáncer de pulmón en etapa IV”, señalan los investigadores en un artículo publicado en la revista British Medical Journal Open.

Los pacientes informaron sobre el tiempo que les afectó la COVID-19, considerando el impacto en sus actividades diarias, niveles de fatiga, depresión, ansiedad, dificultad para respirar, confusión mental y su calidad de vida.

Además de la fatiga los investigadores observaron síntomas de depresión, ansiedad, disnea y deterioro cognitivo. El 94% de los pacientes (3 mil 541) estaban en edad laboral (entre 18 y 65 años); con una edad media de 48 años, y el 71% fueron mujeres (2 mil 665).

Más de la mitad informó limitación funcional moderadamente severa o peor; el 20% informó ser incapaz de trabajar en absoluto, y 51% dijo haber perdido un día a la semana de trabajo, en las 4 semanas anteriores.

Los investigadores encontraron que el impacto de la COVID largo o prolongado en las actividades diarias de los pacientes era peor que el de los pacientes con accidentes cerebrovasculares, comparable al de los pacientes con enfermedad de Parkinson.

“Hasta alrededor del 17% de las personas que contraen COVID-19 desarrollan COVID prolongada”, señala Henry Goodfellow, del University College de Londres. “Sin embargo, el impacto de la afección en la vida cotidiana de los pacientes todavía no se comprende por completo".

El COVID largo no solo tiene un impacto negativo en la vida de los pacientes a nivel individual, sino que los investigadores también creen que podría tener un impacto económico y social significativo en las familias y en los países.

En el Reino Unido, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Nacionales, alrededor de un millón 400 mil personas tenían síntomas de COVID prolongado hasta julio de 2022. Sin embargo, este es el primer estudio que informa sobre el impacto del COVID largo en el funcionamiento diario y la calidad de vida de pacientes que reciben tratamiento especializado en Inglaterra.

“Nuestros resultados han encontrado que un COVID prolongado puede tener un efecto devastador en la vida de los pacientes, y la fatiga tiene el mayor impacto en todo, desde las actividades sociales hasta el trabajo, las tareas domésticas y el mantenimiento de relaciones cercanas”, dice Goodfellow.

Impacto en el desempleo

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto catastrófico en América, con 3 millones de muertes oficiales, la más alta de todas las regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y aunque el Organismo que dio por terminada la emergencia sanitaria por la COVID-19, la pandemia aún continúa.

De hecho, los estragos a nivel internacional del COVID largo aún están empezando a conocerse, por ejemplo, la crisis de salud mental sin precedentes que ha provocado un aumento en la demanda de atención de los servicios públicos de salud mental.

En América Latina, de acuerdo con los datos de la OMS en la fase inicial de la pandemia, se ha presentado un aumento del 35% en los trastornos depresivos y del 32% en los trastornos de ansiedad.

Asimismo, de acuerdo con una reciente investigación publicada en la Revista de la Asociación Médica Americana, JAMA Open, el COVID largo está afectando a la fuerza laboral, en Estados Unidos.

El estudio basado en una encuesta en más de 15 mil 308 personas con antecedentes de COVID-19, señala que aquellas con síntomas de COVID largo tenían más probabilidades de estar desempleados.

Los investigadores observaron deterioro de la memoria y niebla mental –definida en el análisis como dificultad para concentrarse–, deterioro de la memoria, y se asociaron con una menor probabilidad de trabajar a tiempo completo.

“Hay una tendencia a descartar estos síntomas”, dice Roy Perlis, del Hospital General de Massachusetts. “Sin embargo, los resultados sugieren que los síntomas cognitivos no solo son importantes porque son angustiosos para las personas, sino también porque tienen implicaciones reales en términos de función”.

De acuerdo con la investigación, alrededor de 1 millón de trabajadores de tiempo completo en EU. podrían faltar en la fuerza laboral en un momento dado debido al COVID largo, y los efectos podrían costar alrededor de 170 mil millones de dólares en salarios perdidos, casi el 1% del producto interno bruto de EU.

Para los científicos los efectos cognitivos y la fatiga son las razones principales de los pacientes que no pueden regresar a sus trabajos. Los síntomas cognitivos no suelen asociarse con una discapacidad física externa, pero los datos sobre los efectos del COVID largo demuestra que este es un efecto real de la pandemia, un evento de discapacidad masiva.

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