El mecenazgo es la acción de patrocinar el arte o las letras y quienes se ocupan de ello son conocidos como “mecenas”. Esta palabra remite a un personaje histórico: Cayo Cilnio Mecenas, un noble romano del siglo I. Este hombre contribuyó al florecimiento del arte en Roma durante el imperio de Augusto.
Entre los mecenas más importantes de la historia del arte destaca la familia Medici en la República de Florencia. Los miembros de esta familia también fueron claves en el desarrollo del capitalismo y de los ideales burgueses. En un principio, los Medici se dedicaban al comercio de lana en Europa, pero muy pronto dieron el salto y pasaron a los negocios financieros. Dicho de otra manera, pasaron del comercio de la lana al comercio del dinero: se hicieron banqueros.
El Renacimiento italiano fue el feliz resultado de varios factores, entre ellos, el mecenazgo de dicha familia. Cosme de Medici, conocido como Cosme el Viejo, consolidó los negocios familiares en Europa y patrocinó las artes y las letras en Florencia. Sin embargo, no era por puro amor a la cultura, pues Cosme veía el mecenazgo como un instrumento de promoción política.
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Apoyando obras públicas, Cosme mandaba un mensaje de prosperidad social compartida. Su lógica era que, si la imagen de bienestar se asociaba a él, sería más fácil hacerse del poder. En efecto, no sólo eran un empresario astuto, también era un político sagas.
Lorenzo “el Magnífico”, nieto de Cosme, prosiguió con las mismas ideas políticas de su abuelo. Es cierto que Lorenzo sí fue gran amante del arte, incluso un artista, pero su mecenazgo también era una estrategia política para asegurarse el apoyo del pueblo.
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Los Medici también utilizaron su dinero para incrustarse en la vida de la Iglesia. Cuatro papas llevaron el apellido de esta familia. El primero fue León X, segundo hijo de Lorenzo el Magnífico. Su elección restauró las relaciones entre los Medici y los Estados Pontificios, que se habían roto tras una disputa por el dominio de rutas comerciales. A su vez, León X encumbró en el Vaticano su primo, quien más tarde se convertiría en el Papa Clemente VII.
El papa Pío IV también fue Medici, pero de una rama familiar secundaria. El último papa Medici fue León XI, a quien se le conoce mejor como “el papa relámpago”. ¿Saben por qué? En su coronación se enfermó “de enfriamiento”. Veintiséis días después, murió.
Dos reinas consortes de Francia también fueron Medici: Catalina y María. La primera fue esposa del rey Enrique II y, aunque al inicio su marido la relegó de los asuntos de la Corona, tras la muerte de éste, Catalina ejerció el poder durante el reinado de sus tres hijos. Al parecer, Catalina era una política siniestra. María, por otro lado, se casó con el rey Enrique IV y fue reina regente de Francia hasta que su hijo, Luis XIII, cumplió la mayoría de edad.
Como ven, la importancia de los Medici va más allá del mecenazgo. Gracias a su poder económico consiguieron poder político y religioso. Pero bueno… ahora que lo recuerdo, al programa de radio El Banquete del Doctor Zagal le hace falta un mecenas. ¿Quién se apunta como el siguiente Lorenzo el Magnífico?
@hzagal (con la colaboración de Oscar Sakaguchi, coconductor de El Banquete del Dr. Zagal).