“Amargura”. Las lágrimas caen en la oscuridad de un rincón, tras el adiós por una traición. Una sonrisa disimula la herida abierta del corazón. Baila para que cada boom del pounder alivie un poco el dolor, pero el sintetizador no miente: gotas caen en silencio sobre la pista.
Karol G presenta su cuarto álbum de estudio “Mañana será bonito”, el cual selecciona 17 canciones de las 60 que escribió. En ellas retrata los sentimientos que ha experimentado en los últimos años, los cuales van desde tristeza y soledad, principalmente tras su separación del cantante Anuel AA, hasta empoderamiento y esperanza por volver a amar.
Karol G canta el mensaje de “Don’t Worry Be Happy” como un mantra para sanar, a su propio ritmo, en “Mientras me curo del cora”. La colombiana agradece por las bendiciones que todavía tiene, como familia, amigos, salud y amor a montones. Hay motivos para silbar y tararear junto a un ukulele en la playa.
Aunque de vez en cuando, también es válido tomar la botella y ahogar las penas… y qué mejor que con un requinto y una tuba. En “Gucci los paños”, Karol G recurre a los “sonidos bravos” del regional mexicano (según sus propias palabras), para soltar su rabia. La colombiana no se limita a un sólo género para explorar sus sentimientos; el propio pop le da la libertad de experimentar nuevos horizontes musicales. Al igual que el amor, el dolor trasciende fronteras.
Asimismo, en “TQG”, G recluta a la mayor exponente del pop colombiano, Shakira, para romperla con un nuevo himno de empoderamiento. Al inicio, una lágrima queda suspendida en una sola nota entre la niebla del recuerdo, hasta que un riddim la evapora con fuego de rabia. Ambas cerraron la herida a la fuerza. La melancolía persiste, pero ya no es tiempo de llorar. “Te Quedó Grande”, y el mañana tira hacia arriba.
Sin embargo, en todo proceso de duelo, siempre hay un desliz. Jamás con el ex, pero quizá con un amigo. En “Dañamos la amistad”, acompañada de Sech, Karol G cuenta la historia de una noche en la que bajó la guardia… pero con la persona correcta. La noche se prende con alcohol y luces de colores; brillos electrónicos anuncian magia sobre la pista; el ritmo cambia constante, como latidos nerviosos… ¿Será muy pronto? ¿Será correcto? ¿Por qué se siente tan bien?
“Carolina”, su verdadero nombre, toma la guitarra para hacer una rendición del día siguiente. Con el letargo de recién despierta, Carolina Giraldo Navarro se desnuda: muestra tal cual su miedo de entregar todo, amar de nuevo y perderlo otra vez. La máscara de Karol G se ha desvanecido; ahora solo observamos una joven herida, pero tan valiente como para buscar un motivo, solo uno, para volver a iniciar.
Antes de abrir nuevamente su corazón, Karol G habla con una amiga, Carla Morrison. “Mañana será bonito” se repite como un karma para reafirmar que lo pasado debe quedarse ahí. La herida ya es una cicatriz; el espejo ha cambiado; ya es tiempo de disfrutar.
Porque en la aparente penumbra del presente, aún queda la esperanza de un nuevo amanecer, de empezar otra vez. Recuérdalo siempre: tú tienes la fuerza para hacer que mañana sea bonito.