OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

El vicio de la ciudad

México debe transitar frente a lo que hoy tenemos: inequidad social en el derecho urbano y desigualdad en las formas de vivir...

Zócalo de la CDMX.
Zócalo de la CDMX.Créditos: Cuartoscuro
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El próximo año 2024 es el momento de los ciudadanos –o por lo menos eso debe significar acudir a las urnas a votar– para definir con nuestro sufragio quien nos va a gobernar por seis años y bajo qué políticas públicas se define el camino que la ciudad de México debe transitar frente a lo que hoy tenemos: inequidad social en el derecho urbano, desigualdad en las formas de vivir, convivir y crecer en esta megalópolis y la movilidad. Las grandes metrópolis enfrentan el vicio de la ciudad.

Richard Sennet de la Escuela de Economía urbana de Londres afirma “la distancia es el vicio de la ciudad. Cuanto más extensa y dispersa es, más aumentan las desigualdades”; mientras se acumula la riqueza en unos cuantos, la tendencia es a crear suburbios “exclusivos” aislados, desiguales en infraestructura y provechos, territorializar el poder, con respecto a los barrios pobres que son alejados, incomunicados, poca infraestructura de movilidad. Este fenómeno que se ha vivido desde los años sesenta en países donde se urbanizan las zonas rurales y los flujos migratorios se aceleran por causas como las revoluciones sociales, la concentración de servicios y la amenaza ecológica, la brecha de desigualdades crece. Es lo que se ha llamado el vicio de las ciudades. La gente y las sociedades aisladas la convierten en sectorizaciones sin libertad de escapar de esas condiciones que separa el progreso y desarrollo con la pobreza y la inequidad. Aquí está el primer reto urbano en las políticas públicas y programas sexenales que deberían estarnos proponiendo las candidatas y candidatos para ocupar el cargo de jefe de gobierno de esta ciudad. Como disminuir este vicio de la ciudad que es la distancia, con todo lo que ello significa.

Entre los estudiosos de estos fenómenos de desigualdad que la dispersión y la distancia promueven en las grandes ciudades está el colombiano Carlos Moreno quien ha dicho que la base para el progreso y el desarrollo social de los ciudadanos urbanos está en invertir radicalmente la configuración del poder en la ciudad de futuro, descentralizando el poder, haciéndolo más justo y la ciudad más habitable en equidad y crecimiento sostenido. ¿Cómo lo traduce en acciones? Reducir el concreto como medio de desarrollo o concepto de modernidad urbana para volver al sentido de villa ateniense, es decir, un territorio con un proyecto común de barrio, de comunidad y de alcaldía donde el eje sea el ecosistema, el orden y regulación de la autosustentabilidad en recursos naturales, comercio y orden de consumo: reducir los plásticos, la huella de ozono y la justicia alimentaria, urbana y de servicios.

Otro de los desafíos de las ciudades –que para el año 2030 serán cerca del 80% del planeta– es la crisis climática producto de la sobreexplotación rural para fines urbanos y la concentración de la riqueza natural en unos cuantos: las casas y clubes sociales privados donde los lagos, bosques, zonas de reserva se privatizan para el goce particular despojando a los grupos ejidatarios, rurales y campesinos que vivían, protegían y reproducían los sistemas de cultivo de las regiones. Cada vez, es más largo el trayecto que recorren los proveedores de alimentos para que lleguen a nuestros refrigeradores: la importación de alimentos básicos que hasta hace una década eran de producción local, como el maíz que México ha tenido que importar; las hortalizas y frutos que son de temporada pero en el vicio de la urbe, ciertos sectores alteran los suelos y ecosistemas para hacer producir cerezas, mangos o frutos rojos todo el año, lo que la función natural de esas tierras se rompe su ciclo alimentario.

El reto mayor es trazar un techo de crecimiento urbano, analizar los flujos migratorios, reducir las brechas urbanas sociales y crear una gran uniformización planetaria, es decir el derecho de vivir la ciudad no como un grupo, sector aislado e inequitativo, sino como un amplio territorio accesible asequible y habitable, rompiendo el principio del vicio a la ciudad que es la distancia, lo distante. ¿Quién de los candidatos a dirigir esta ciudad nos está ofreciendo el derecho a vivirla?

Abramos la discusión: @salmazan71