OPINIÓN LUIS ANTONIO DURÁN

'SOS': Una señal desde el océano Soledad

En diciembre de 2022, Solána Rowe, mejor conocida como SZA, lanzó su segundo álbum, sin embargo, fue durante 2023 que se convirtió en un gran éxito.

SZA triunfa con “SOS”.
SZA triunfa con “SOS”.Créditos: EFE.
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A la deriva en un océano de soledad, SZA manda una señal de auxilio, a quien sea que la rescate de su propia mente, de sus propias manos. Su corazón está tan abierto que podría cometer un crímen (si no es que ya lo hizo). Una alarma tan suave, tan seductora… que más bien parece una invitación a ser voyeurista de este espectáculo de destrucción pasional, inundado en aliento, lágrimas y sangre.

En diciembre de 2022, Solána Rowe, mejor conocida como SZA, lanzó su segundo álbum “SOS”, sin embargo, fue durante 2023 que se convirtió en un gran éxito ante la crítica y en ventas, tanto que ya lo consideran uno de los mejores discos de este año. “SOS” es una colección de 23 canciones, en las que SZA juega con una gran variedad de sonidos y géneros, como R&B, rock alternativo, electrónica, trap y pop, pero siempre fiel a los sentimientos y demonios de su corazón.

Desde el inicio, en “Kill Bill”, SZA nos muestra el mar de tristeza e ira en el que naufragó. Nos confiesa que mató por amor a su ex y, de paso, a su nueva novia. Su furia está reprimida en cantos suaves que se mecen con la brisa de guitarras y un viento sintético, como el agua rojiza tras limpiarse las manos de sangre. No se arrepiente de nada, prefiere seguir con él, aunque sea en el infierno.

SZA amplía su espectro sonoro para encender la rabia que lleva dentro. En “F2F”, una canción pop-punk, que bien pudo salir en 2005, Solana narra cómo pasó la noche con alguien más por dolor; el sexo es una escapatoria de los recuerdos de un ex que no supo valorarla. Su voz se adapta a las guitarras distorsionadas que rasgan su piel, como el innombrable a su corazón.

De igual forma, junto a Phoebe Bridgers, canta “Ghost In The Machine”, una canción de estilo indie-rock. SZA se ha quedado vacía: regaló su humanidad a un robot frío. Su voz se pausa como los engranes de una máquina perdida en la neblina de una fábrica abandonada. Sólo la acompaña otro fantasma, en voz de Phoebe, para juntas encontrar una nueva chispa.

Sin embargo, SZA también se aferra al calor de otra piel, como a un trozo de madera a la deriva en el mar. En “Snooze”, rememora los momentos cálidos dentro de la cama, así como en una relación destinada a terminar. Lo entregó todo, y aún así sólo quedan dos siluetas en su colchón. Las lágrimas se pierden en las sábanas como las cuerdas de su guitarra en el aire etéreo de la mañana. La alarma sonó de nuevo, y él ya no estaba.

SZA no responde a nadie, hace su música según el sentimiento que brota de su corazón, por ello, cada letra y cada historia se sienten tan cercanas; transforma los deseos oscuros de medianoche que todos hemos ocultado en canciones para tararear durante el día. Asesinar un ex, sexo de venganza, calentura prohibida, autoflagelación; canta una señal de auxilio para escapar de los demonios de su mente; canta una señal para salir de este aislamiento; canta una señal para encontrar a alguien más perdido en esta soledad.