CDMX

Todos los caminos nos llevan a La Roma

Celebremos su cumpleaños con la reflexión de su futuro y plan de crecimiento para que siga siendo el barrio moderno.

Se trata de una zona emblemática de la capital.
Se trata de una zona emblemática de la capital.Créditos: Cuartoscuro
Escrito en OPINIÓN el

Este mes de enero se cumplieron 121 años en que se lotificó el antiguo potrero del pueblo La Romita, una zona al poniente de la ciudad colonial que los españoles lo usaron como quemadero inquisitorial, habitado por indígenas desde los tiempos mexicas y que gracias a sus aguas de Santa Fe permitieron un desarrollo agrícola privilegiado y una región habitable complicada por lo pantanoso de su suelo. Esa historia geográfica es parte de la memoria de uno de los actuales barrios de la Ciudad de México más en boga y ejemplo de la gentrificación ­–con todo lo que ello significa e implica–, de la transformación y especulación inmobiliaria en los últimos 30 años.

El barrio de Leonora Carrington, de Fernando del Paso, Vicente Quirarte, José Emilio Pacheco, de los General Juan Andreu Almazán y Álvaro Obregón –en su honor cambió el nombre la avenida Jalisco– de los Silanes, del Padre Pro, la madre Conchita; del grandioso poeta Ramón López Velarde… es decir, fue el epicentro de grandes personajes de nuestra vida cultural en aquellos años posrevolucionarios que construyeron la identidad nacional entre las casonas palaciegas afrancesadas del porfiriato. En esa contradicción y riqueza arquitectónica e histórica se teje la memoria de este barrio que guarda en páginas de novelas emblemáticas, en poemas y relatos populares su presencia indispensable en la escena urbana desde el inicio del siglo XX, porque la Roma, surgió como el último de los suspiros porfirianos de la modernidad metropolitana que tuvo que ser interrumpida por la lucha civil y la crisis de poder en aquella década sinuosa de 1910-1921. Y ahí resistió los cambios con la misma estoicidad medio siglo más tarde, cuando en 1985 la Tierra nos recordó la fragilidad humana que entre escombros reconstruyó su pasado y apuntaló su futuro, nuevamente fragmentado en el 2017 con otra respuesta de un nuevo sismo que expresó la solidaridad y refrendó el sentimiento colectivo de la sociedad civil organizada e improvisada ante un gobierno indolente, corrupto y retardado en la respuesta hasta nuestros días, con una lenta y especulativa reconstrucción de la vivienda caída como saldo.

Es la colonia Roma, la que nació aquel 24 de enero de 1902 como el nuevo destino moderno, de vanguardia urbana para atender a la también naciente sociedad clasemediera del porfiriato, como advierte uno de los habitantes de este barrio Guillermo Tovar y Teresa: “en la Roma vivieron los ricos de segunda, los pseudoaristócratas (los de verdad vivieron en Paseo de la Reforma y se fueron en 1910 al extranjero)". Y con esos aires imitadores de la pujante sociedad porfiriana comenzó su edificación de propuestas arquitectónicas con rosetones de cantera, grandes escalinatas con mármoles importados, barandas de hierro realizadas y fundidas en Monterrey, vitrales poblanos, y canteras de todas las formas caprichosas y exageradas que imitaran la vida europea. Hoy son los bellos ejemplos de un estilo de emular la vida noble del porfiriato en un barrio que se mezcla con calles repletas de negocios, paseantes de mascotas y vecinos extranjeros que van y vienen en un ejemplo de globalización y gentrificación que los nuevos tiempos empujan a las grandes urbes y los barrios de moda.    

Aquel visionario sueño de un barrio moderno que soñó y propuso uno de los empresarios de la Compañía de Terrenos de la Calzada Chapultepec S. A, el empresario circense Edward Walter Orrin, el inglés que le dio un nuevo rostro y destino al mexica pueblo de Aztacalco sigue siendo 121 años después el barrio moderno y de moda, con todo lo que ello significa. Celebremos su cumpleaños con la reflexión de su futuro y plan de crecimiento para que siga siendo el barrio moderno.

Abramos la discusión: @salmazan71