En este espacio se ha cuestionado en varias ocasiones la ausencia de bandas como Judas Priest, Iron Maiden y Motörhead en este reconocimiento que se llena la boca por reconocer a lo mejor de lo mejor del rock (en su amplia clasificación musical) pero no ha incluido a grupos como los mencionados que sin duda son parte toral de la historia del heavy metal.
Entre las primeras críticas a este club de fanáticos que se erigieron por sí mismos y por años como los únicos dictaminadores de qué artista o banda es merecedora de la distinción de ser dignos de tal reconocimiento, es que se trata de un grupo de estadounidenses (en el mejor de los casos) que al parecer no admiten que los grupos británicos han tenido su innegable y enorme contribución a la historia del rock y del metal, pues resulta simplemente inexplicable porqué estas bandas que hace décadas rebasaron los requisitos mínimos para ser inducidos al Salón de la Fama simplemente no aparecieran.
Judas Priest había pasado en otras ocasiones entre los nominados, pero de acuerdo al comité organizador – que cambió la estrategia para elegir a los inducidos a votos de los fanáticos del rock – no habían alcanzado la votación necesaria para ser reconocidos, argumento siempre difícil de aceptar si se compara con los llenos indiscutibles en festivales y estadios que la banda es capaz de llenar una y otra vez prácticamente desde el inicio de su carrera.
Apenas este miércoles, las redes sociales oficiales de la banda británica publicaron la noticia de que finalmente, tras más de 20 años de ser elegibles para la inducción al Salón de la Fama, sucederá hasta este 2022.
El mal sabor de boca de ediciones anteriores, pueden empañar a este reconocimiento, como hemos mencionado en este espacio, el cual no es determinante de la calidad de la banda que lo recibe y ha demostrado que mucho menos es un juicio de valor de un grupo de fanáticos coleccionistas pudientes que pueda tomarse de manera tajante ni como parámetro para medir la calidad de tal o cual banda. Impensable.
Pero lo que sí representa en estos días, es que finalmente tras años de rechazarlos han admitido lo innegable, que Judas Priest, y Iron Maiden y Motörhead quizá en unos años más deben formar parte inamovible de la historia del género en cualquier museo de la historia de la música que se precie de serlo.
Este reconocimiento tan famoso en el mundo y ansiado por muchísimos músicos y bandas, llega a Rob Halford, Les Binks, K. K. Downing, Ian Hill, Dave Holland, Glenn Tipton y Scott Travis, en el año en que la banda está festejando su medio siglo de vida musical.
Sería una mentira si escribiera que la inducción no podía llegar en mejor momento para agregarse a las festividades porque esta banda con uno de los mejores cantantes de la historia del metal debió haber tenido este reconocimiento desde hace años.
Sin embargo, la banda haciendo gala del humor británico se ha despreocupado de los años en que no fueron tomados en cuenta por los organizadores y dueños del Hall of Fame y dijeron este miércoles que “están emocionados y honrados de ser incluidos en el Salón de la Fama del Rock and Roll 2022” y que también significa un gran momento para el heavy metal británico al igual que para el metal en todo el mundo, para sus increíbles fanáticos que los apoyan y siguen enarbolando la bandera del metal y de Judas Priest.
Judas Priest reciba o no reciba premios de popularidad, sea reconocida en público o no, nadie le quitará su trono bien ganado y bien puesto como una de las bandas esenciales y más influyentes del heavy metal y de la música. Cheers for Judas Priest!
Recuerden que la mejor música es la que se escucha ¡a todo volumen!
@Jenn_Ramirez_