DÍA DEL MAESTRO

Día del maestro

El 15 de mayo se celebra la fiesta de San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), sacerdote, teólogo y pedagogo francés que consagró su vida a la formación de maestros.

Este 15 de Mayo se celebra el Día del Maestro.
Este 15 de Mayo se celebra el Día del Maestro.Créditos: Pixabay
Escrito en OPINIÓN el

Hoy 15 de mayo se celebra el Día del Maestro en México. La UNESCO declaró el 5 de octubre como Día Mundial del Maestro. Parece que existen dos razones para celebrarlo en esta fecha, una religiosa y otra laica.

El 15 de mayo se celebra la fiesta de San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), sacerdote, teólogo y pedagogo francés que consagró su vida a la formación de maestros que se dedicaran a educar a hijos de artesanos y niños de escasos recursos. Juan Bautista fundó la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, mejor conocidos como los Hermanos de La Salle, para cumplir con este objetivo.

En México, se empezó a celebrar este día por primera vez en 1918, pues la fiesta de San Juan Bautista de La Salle coincidía con el aniversario de la toma de Querétaro por el general Mariano Escobedo en 1867. Dos pájaros de un tiro.

Después de dos años de guardarnos en casa, estudiantes y profesores por fin hemos vuelto a las aulas. Con cubrebocas y ventanas siempre abiertas, con sana distancia, gel antibacterial y constante lavado de manos, pero ya viéndonos a los ojos. Ya conozco el estilo de caminar de mis estudiantes, sus gestos corporales, su forma de vestir, su altura, su modo de ocupar un espacio. Hemos recuperado el hábito peripatético de pensar y dialogar mientras caminamos por los pasillos de la universidad.

Ser profesor es una gran responsabilidad. Cada grado educativo tiene sus propios retos; no es lo mismo enseñar a leer y a escribir a un pequeño de cinco años que explicarle el la Metafísica de Aristóteles a un joven de 19 años. Sin embargo, todos los profesores tratamos con jóvenes, con el futuro de una sociedad. Buena parte del conocimiento que la humanidad ha ido cultivando a lo largo de la historia, está en manos del profesor para ser transmitido a nuevos miembros de la comunidad. Pero el papel de un profesor nunca se queda sólo en las aulas. Lo que decimos puede tener un impacto profundo en nuestros estudiantes. Podemos prepararlos para realizar ciertas actividades, para pensar críticamente, para conocer y entender una cuestión. Podemos prepararlos para pasar un examen. Pero nuestros alumnos no son sólo estudiantes; son hijos, hermanos, amigos, novios, ciudadanos. Y lo que enseñamos en la escuela también tiene un impacto en esos ámbitos. ¿Cómo hacerlo bien? ¿Cómo ser un mejor maestro? Más que ofrecer una respuesta, quisiera proponer a quienes nos dedicamos a la docencia nunca olvidarnos de estas preguntas.

Este año el Día del maestro cae en domingo. ¿Cómo van a celebrarlo, colegas? ¿Con una rica comida, una salida especial o una tarde tranquila en casa? Yo les propongo que con una manzana. Seguramente han visto en películas y series, por lo general norteamericanas, que los alumnos suelen dar a sus profesores una manzana. ¿De dónde viene este gesto? Por ahí escuché que se ofrecen manzanas a los maestros porque es el fruto del conocimiento. ¿Recuerdan la historia bíblica? Dios prohíbe a Adán y Eva comer de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del mal. Tras desobedecerlo, ambos son expulsados del Edén. Aunque el relato bíblico no especifica qué fruto comieron, la manzana ha pasado a la historia como el fruto arquetípico de la caída en desgracia del género humano. Esto podía haberse originado por un juego de palabras en latín, lengua en la que la palabra malum significa tanto “malo” como “manzana”. La manzana es un fruto que se da bien en el norte de Europa, no así en Medio Oriente. Por ello es común que en representaciones bizantinas del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal aparezca un higo en lugar de una manzana. Yo aceptaría gustoso cualquiera de estos dos deliciosos frutos.

Los maestros contienen el conocimiento. Quizá por ello se les ofrenda uno de los símbolos del saber. Pero si fue este fruto el que hizo que la humanidad perdiera su estado de gracia, ¿por qué entregarlo como regalo? Me gusta pensar que dar la manzana al profesor es un gesto de confianza en él, como símbolo de que el profesor sabrá cómo manejar ese conocimiento, cómo cultivarlo, cuándo cortarlo, las diferentes maneras en las que podemos saborearlo, y cuándo se ha podrido. Insisto, es mucha la responsabilidad del profesor.

Otros dicen que darle una manzana al profesor era una tradición entre las familias norteamericanas. El profesor formaba parte de la comunidad donde enseñaba y era común que las familias de los niños que asistían a la escuela ofrecieran alojamiento y comida al profesor titular. ¿Por qué una manzana? Era un fruto popular en la frontera norte desde mediados del siglo XIX en Estados Unidos. Aunque seguramente le ofrecían más que manzanas al profesor.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

(El autor es conductor del programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal y profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)