Este nombre bien podría aplicarse a la reina Isabel I de Inglaterra (1533-1603), pues aunque no dirigió ella misma atracos en el mar ni empuñó espada alguna para acabar con la vida del enemigo, gran parte de su riqueza provenía de la piratería. Aunque claro que esta actividad no era llamada de manera tan vulgar, sino que se le conocía por el nombre de corsarismo. Quienes practicaban el corsarismo robaban y mataban tanto como los piratas, pero, y aquí está el detalle, lo hacían con el permiso de una autoridad estatal. Al permiso para practicar la piratería bajo el amparo de un gobierno es conocido como patente de corso. Este documento otorgaba un permiso real para atacar barcos de naciones enemigas. De esta manera reinos como Francia, Inglaterra y España, pudieron aprovechar las habilidades náuticas y criminales de miles de marineros en lugar de padecerlas. El corsarismo fue bastante común durante la Edad Media y el Renacimiento debido a que las naciones no contaban con marinas oficiales.
Dicen que la Inglaterra de Isabel I pudo sobreponerse de la quiebra y la discordia religiosa gracias al empuje económico que ella procuró a su reino vía el corsarismo. Y es que el ingreso de riqueza de sus corsarios, que también eran conocidos como "perros del mar", estaba libre para que lo usara como ella quisiera. Así se ahorraba la lata de pedirle al Parlamento que le soltara un poco de dinero. ¿Saben cuál fue una de las mejores fuentes de ingresos para Inglaterra durante el siglo XVI? El atraco a naves españolas que llevaban a Europa las riquezas del llamado Nuevo Mundo.
Pero no, el mote de reina pirata no se aplica a la reina Isabel I, sino a Grace Ou2019Malley (1530-1603), la Reina pirata irlandesa que causaba terror entre los ingleses. Es una de las heroínas irlandesas; sin embargo, su vida casi ha desaparecido de los registros de la historia. El libro "Mujeres piratas. Las princesas