En esta entrega quiero ofrecerles diversas piezas que forman un octaedro, de sus 8 caras se desprenden diversas aristas que dibujan un escenario nacional que rechaza el bien común como objetivo final, a pesar del discurso de igualdad que parecía privilegiar a los más desprotegidos.
Nos alejamos de la reivindicación del valor de la persona dentro de la comunidad, somos incapaces de armonizar el potencial que nos ha distinguido para superar en la adversidad nuestras diferencias. La subjetividad caprichosa se encamina sólo a la satisfacción de los intereses particulares de quienes tienen el monopolio de las grandes decisiones, lo que podría considerarse una involución del concepto aristotélico y tomista sobre el bien común. Para Tomás de Aquino "Al ser todo hombre parte de una ciudad