La celebración del mundial de futbol en Catar, sin cerveza en los estadios, nos ha recordado que aún existen países donde no existe libertad de creencia o donde el Estado es confesional y la libertad religiosa se encuentra restringida. ¿Por qué no se vendió cerveza en los estadios? Porque el Islam prohíbe el consumo de alcohol y tal es restricción, en muchos países musulmanes, es ley civil.
La primera constitución mexicana, de 1824, se escribió “en nombre de Dios todo poderoso, autor y supremo legislador de la sociedad”. Para 1857, la Constitución fue jurada en nombre de Dios y expedida con la “autoridad del pueblo mexicano”, pero ya no establecía a la religión católica como la religión del Estado. La tendencia liberal de la nueva constitución enciende las discrepancias entre conservadores y liberales, lo que provocará la Guerra de Reforma.
En este contexto, el 4 de diciembre de 1860, se promulga la Ley de libertad de culto en México. Esta ley, expedida casi al finalizar la guerra, ordena en su primer artículo que las leyes protegen el ejercicio de los cultos en el país como expresión de la libertad religiosa. Juárez, quien expidió esta ley, afirma que la libertad religiosa es “un derecho natural del hombre [y por ello] no tiene ni puede tener más límites que el derecho de terceros y las exigencias del orden público”.
Las Leyes de Reforma, promulgadas durante los gobiernos de Ignacio Comonfort, Juan Álvarez y Benito Juárez, tenían como objetivo desmantelar los privilegios del Ejército y la Iglesia. Juárez, como otros liberales, sabían que el poder del Ejército y de la Iglesia eran un peligro para la República. En el siglo XIX, generales y obispos ejercían tal poder que habían debilitado a la joven democracia mexicana. “¡Religión y fueros ”, fue el grito de los conservadores. Los sacerdotes y militares se aliaron para proteger sus fueros.
Las leyes de Reforma abolieron los tribunales especiales para militares y religiosos, garantizaron la libertad de imprenta, se expropiaron los bienes de corporaciones religiosas y civiles, se estipuló que el matrimonio era un contrato civil, y se instauraron días festivos oficiales. También se prohibió la celebración de ritos religiosos fuera de los templos; se decretó la secularización de cementerios, hospitales y establecimientos de beneficencia; se expidió una ley de exclaustración de monjas y frailes. Igualmente, se expidió una ley que prohibía la asistencia oficial a las ceremonias religiosas
Creo que las Leyes de Reforma tuvieron grandes aciertos, el primero de ellos, garantizar la libertad religiosa. El Estado no debe imponer a sus ciudadanos preceptos religiosos, como actualmente es el caso de algunos países musulmanes, donde es ilegal beber alcohol y comer carne de cerdo. El otro gran acierto de Juárez y los liberales fue intentar neutralizar el poder político del Ejército.
El liberalismo de Juárez, como cualquier liberalismo, era intrínsecamente capitalista. El liberalismo del XIX no era sino la expresión política de capitalismo. Por ello, la propiedad privada era un derecho clave. De ahí que las Leyes de Reforma no sólo expropiaron los bienes de la iglesia, sino también los bienes de corporaciones civiles. Grave error esto último. La Reforma liberal fue un grave golpe a las tierras comunales de muchos pueblos. De ello se habla poco, pero la Reforma Liberal abrió el paso para que, poco después, durante el Porfiriato, muchos pueblos fuesen despojado de sus propiedades comunales. Pero eso es otra historia. Por ahora, hoy 4 de diciembre, celebremos la libertad de conciencia, la libertad religiosa.
Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
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Héctor Zagal y Karla Aguilar conducen el programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal” en MVS 102.5