HÉCTOR ZAGAL

La tragedia de los Habsburgo

La historia de los últimos Habsburgo fue trágica. Maximiliano, animado por su esposa Carlota, aceptó la corona de oropel del Segundo Imperio Mexicano.

Maximiliano de Habsburgo.
Maximiliano de Habsburgo.Créditos: Foto: Especial
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¿Ya vieron La emperatriz en Netflix? La serie cuenta la historia de Isabel de Baviera, esposa del emperador Francisco José, conocida también como Sissi. Es una buena producción. Claro, como toda serie de este tipo, agrega ficción a los hechos históricos para hacerlos más entretenidos.

Maximiliano de Habsburgo, por ejemplo, no era tan frívolo como lo representan. Tampoco conspiró directamente para destronar a su hermano, Francisco José. Maximiliano era un hombre indeciso, carecía de la energía como derrocar al emperador de Austria. Quien sí era de armas tomar, era la madre de ellos, la Archiduquesa Sofía.

Francisco José tampoco era un emperador liberal, como lo quiere pintar Netflix. Todo lo contrario, fue un monarca reaccionario, que no comprendió que el mundo había cambiado desde la Revolución Francesa.

La historia de los últimos Habsburgo fue trágica. Maximiliano, animado por su esposa Carlota, aceptó la corona de oropel del Segundo Imperio Mexicano. Al aceptar la oferta de los imperialistas mexicanos, Francisco José despojó a Max de todos sus derechos sucesorios a la corona austriaca. Carlota y Maximiliano hicieron un berrinche monumental.

Cuando las tropas francesas se retiraron de México, el Imperio se tambaleó. La República triunfó. En 1867, su hermano Maximiliano fue ejecutado en Querétaro. El cadáver llegó a Viena en un estado lamentable.

La pérdida que más le dolió a Francisco José fue la de su único hijo varón, Rodolfo de Habsburgo. Era el heredero al trono. En 1889, encontraron sin vida al futuro emperador de treinta años. Al parecer, se suicidó estando con su amante. Aunque, como dicen por ahí, también “hay otros datos” que afirman que Rodolfo de Habsburgo fue asesinado, un complot de nobles. Sin embargo, esta segunda explicación no pasa de ser un rumor.

Diez años después, el emperador perdió a su emperatriz. Sissi era rebelde. Odiaba la corte y nunca se llevó bien con su energética suegra. Por ese motivo solía realizar numerosos viajes a manera de “respiros”. En 1898, viajó a Ginebra después de aceptar la invitación de la familia Rothschild y, mientras se apresuraba para tomar el barco en el lago, Luigi Lucheni, un anarquista, se “tropezó” con ella y le enterró un estilete en la zona del corazón. Sissi se dio cuenta de su herida estando ya a bordo del barco, donde se desmayó y murió.

Hasta el heredero sustituto padeció el infortunio de los Habsburgo. Francisco Fernando, sobrino de Francisco José y archiduque de Austria, ya se había salvado de una granada mal lanzada, cuando decidió no cancelar su recorrido por la ciudad de Sarajevo y cambiar de ruta para meterse, sin saberlo, en la cueva del lobo. Gavrilo Princip, un joven nacionalista serbio, aprovechó que el carruaje del archiduque estaba cerca y le disparó a él y a su esposa Sofía. Este suceso fue el detonante para que Austria le declarara la guerra a Serbia y, así, comenzara la Primera Guerra Mundial.

Francisco José, emperador de Austria, rey de Hungría y Bohemia, murió el 21 de noviembre de 1916. Un par de años después, el Imperio Austro-Húngaro se rendía tras la derrota en la Primera Guerra Mundial. El Imperio de los Habsburgo se disolvió para siempre.

@hzagal

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