En los Estados Unidos, desde 1621 se celebra en el último jueves del mes de noviembre el día de Acción de Gracias, por todo lo qué se recibió durante el año. La tradición reúne a las familias comiendo un gran pavo, viendo todos los juegos de futbol americano en la televisión y yendo de compras preparándose para la navidad. Este jueves 24 de noviembre, muy en especial estarán dando las gracias los norteamericanos que las elecciones de medio tiempo se llevaron de manera pacífica y legítima gracias a la ciudadanía, al sistema constitucional y al Instituto Federal Electoral que fue creado en 1905 por el presidente Theodore Roosevelt, quien reconoció la necesidad de tener una agencia independiente encargada de organizar y calificar los procesos para elegir al presidente de la República, así como a los diputados y a los senadores, fortaleciendo la confianza y la credibilidad en las elecciones federales. Una serie de cambios en el proceso electoral comenzaron a fines de 1800. La adopción del registro de votantes requirió que los funcionarios electorales estatales recibieran las solicitudes de los votantes y mantuvieran listas de todos ellos en cada estado. Con el tiempo, las legislaturas estatales empezaron a formalizar la política de administración electoral en leyes estatales, surgiendo una mayor necesidad de que las oficinas electorales estatales interpretaran estos procedimientos cada vez más complejos y ayudaran a administrar las crecientes necesidades tecnológicas. El papel de los funcionarios electorales estatales se ha vuelto aún más importante desde la promulgación de la Ley Nacional de Registro de Votantes (NVRA) de 1993 y la Ley para Ayudar a Votar (HAVA) de 2002, las cuales impusieron responsabilidades adicionales en cada estado de la Unión Americana.
Las elecciones de medio tiempo pusieron a prueba el sistema electoral, tal vez la más difícil de superar desde la Guerra Civil; retos que parecían muy serios de combatir en su momento, pero el día de las elecciones todo se llevó en orden y sin problema. Tanto en México como en los Estados Unidos se creía que los republicanos ganarían las elecciones arrollando a los demócratas y tomando el control por un gran margen en ambas cámaras. Parece ser que milagrosamente las predicciones se esquivaron y las flechas que iban dirigidas al corazón de la democracia no acertaron.
Este jueves también estarán dando las gracias de no tener un sistema de gobierno como el de Rusia con Vladimir Putin, dictador absoluto, sin ninguna limitación de poder, quien tiene a la población bajo una represión total, promoviendo el discurso de grandeza, pero todos los días vemos la destrucción de Ucrania, violando a la luz del sol todos los derechos humanos.
Vemos pues que las elecciones de medio tiempo en EE.UU. fueron un ejemplo de que la democracia vive y no es solo una fantasía. El que el electorado no quiso que Trump regresara al poder es principalmente, creo yo, por el caos que el mismo creó, por la violencia que incitó y que todos vimos el 6 de enero cuando sus simpatizantes atacaron al Capitolio. La gota que derramó el vaso fue cuando un loco seguidor de Trump atacó al esposo de Nancy Pelosi y los trumpistas haciendo burla en cientos de miles de tuits y en redes sociales, escribían que el loco en realidad tenía una relación sentimental con Nancy Pelosi.
El gobierno de México ahora pretende deslegitimizar todo acto ciudadano, queriendo cerrar a las instituciones electorales, pero vimos como la ciudadanía se resistió a eso y más. La excusa que da el gobierno de ahorrar dinero sabiendo que lo que busca es el tener el control total de las masas es escalofriante. Pero vimos cómo los ciudadanos creyendo fielmente en la institución electoral salieron a marchar en su defensa. Estamos seguros de que México también quiere festejar muy pronto dando las gracias que se vive en paz, se respeta la democracia y sus instituciones electorales.
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