El 14 de noviembre es el Día Mundial de la Diabetes. Se eligió el 14 de noviembre como fecha oficial en honor al día de nacimiento de Frederick Banting, quien junto con Charles Best, descubrió la insulina en 1921. Fue hasta el siglo XX que la diabetes pasó de ser una enfermedad mortal a una controlable. Veamos un poco de su historia.
La palabra diabetes viene del griego antiguo y significaba, originalmente, “lo que hace pasar a su través”. Esta palabra pasó al latín con el significado de aparato o mecanismo que permite el paso del agua. ¿Cómo esta palabra llegó a denominar la enfermedad que hoy conocemos? En el siglo II d.C., el médico Areteo de Capadocia ya andaba tras una pista de la diabetes al darse cuenta de que algunas personas orinaban en exceso. Galeno retomó esta observación, pero añade la sed excesiva que suele acompañar al exceso de orina y considera que se debe a una debilidad de los riñones. El gran avance sobre el conocimiento de esta enfermedad llegaría en el siglo XVII, cuando Thomas Willis descubrió que la orina de esas personas tenía un sabor dulce, como a miel. No nos pregunten cómo lo descubrió… De ahí que se llame “Diabetes mellitus”, que alude a este sabor a miel. Unos años después, en 1776, Matthew Dobson dio con la causa de la diabetes: el exceso de azúcar en la sangre. ¿Les contamos algo? Muchos siglos antes de que Willies descubriera el sabor dulce en la orina de algunas personas, médicos en la India habían notado que algunas orinas atraían a las hormigas.
Ojo: no vayan a creer que tienen diabetes sólo porque las hormigas se acercan a su orina. Cuando la concentración de azúcar en nuestra sangre está por encima del umbral de nuestros riñones, el exceso suele expulsarse en la orina. Si bien esto sería un indicador de exceso de azúcar, sólo un análisis profesional de sangre puede determinar si tenemos diabetes o no. Sigamos.
El descubrimiento de Dobson impulsó a otros médicos a buscar el órgano encargado de metabolizar el azúcar. Uno de ellos fue Thomas Crawley quien observó signos de daño en el páncreas durante una necropsia realizada a un diabético. En 1788, Crawley demostró que la enfermedad tenía su origen en el páncreas y que afectaba la síntesis de azúcar. Así, un término que aludía a una micción frecuente pasó a designar una enfermedad metabólica.
Fue en el siglo XIX cuando Joseph Von Mering y Oscar Minkowski deciden extirpar el páncreas a algunos animales. Entonces observan que los animales tienen mucha sed y orinan de manera excesiva. Los jugos pancreáticos parecían ser la clave de la diabetes. En 1921, Banting y Best exprimen un páncreas e inyectan el líquido en una perrita diabética. Habían descubierto la insulina.
Un año después, la inyección de insulina salvaría la vida de Leonard Thompson, un chico canadiense de trece años con diabetes tipo 1. Thompson vivió 13 años más gracias a constantes dosis de insulina. Murió de neumonía en 1935.
¿Hay distintos tipos de diabetes? Si hay tipo 1, ¿hay 2? Sí. La diabetes tipo 1 provoca una insuficiencia de insulina debido a una reacción autoinmunitaria en el páncreas. En la diabetes tipo 2, el cuerpo produce insulina, pero no en las cantidades adecuadas o no es capaz de usarla para mantener en niveles normales el azúcar en la sangre. También existe la diabetes gestacional. Ésta aparece en mujeres embarazadas que nunca habían presentado diabetes debido cambios hormonales que bloquean la función de la insulina. Este tipo de diabetes suele desaparecer después de que finaliza el embarazo, pero es peligroso porque constituye un factor de riesgo, tanto para la madre como para el bebé, para desarrollar diabetes tipo 2 en un futuro.
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@hzagal @karlapaola_ab
Héctor Zagal y Karla Aguilar, coautores de este artículo, conducen el programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal”