Otro propósito que muchas personas hacen en Año Nuevo es aprender un nuevo idioma o conseguir un mayor nivel de uno ya conocido. En México, como en el resto del mundo, el inglés es el idioma que más se estudia como lengua extranjera, seguido del francés, pese a ello, en el mundo hay un total de 467 millones de hablantes de árabe, mientras que de francés hay alrededor de 300 millones. El árabe, pese a parecer un idioma muy distinto al nuestro, te impresionará saber que en nuestra lengua tenemos más de 4000 palabras, topónimos y nombres de origen árabe. Hoy comparto algunos datos sobre el cuarto idioma más hablado en el mundo y algunas opciones para aprenderlo.
El árabe es un idioma de la familia semítica junto con el hebreo y el amárico (hablado en el norte y centro de Etiopía), es el idioma oficial o cooficial en unos 25 países (contando a Palestina y el Sáhara Occidental) y es uno de los seis idiomas oficiales de la Organización de la Naciones Unidas, sin embargo, existen docenas de dialectos que a veces son tan distintos entre sí que dos hablantes nativos de árabe pueden no lograr comunicarse de forma sencilla.
Lo anterior no debe ser una razón para alejarse del idioma, ya que en todos los países árabes se estudia el "Árabe Estándar Moderno" que, si bien no se utiliza para comunicarse en lo cotidiano, es el idioma en el que se presentan las noticias, los libros y es entendido por todo el mundo árabe. En México puede aprenderse en sitios como la Escuela Nacional de Lenguas, Ling\u00fcística y Traducción de la UNAM; en línea con profesores particulares como la reconocida Maha (puedes empezar sin gastar un solo peso con los videos en inglés de su canal de YouTube), también en el Liceo Árabe Mexicano donde puedes tomar clases grupales o particulares con profesores nativos que hablan también español o, si tienes la oportunidad, directamente en países árabes, por ejemplo, en Nablus, Palestina puedes tomar clases en la Universidad Nacional An Najah, en Egipto está la prestigiosa American University in Cairo o en el Centro Qalam wa Lawh en Marruecos, por mencionar algunas opciones.
Hay varias razones para decidir aprender un nuevo idioma, por ejemplo, conseguir mejores oportunidades laborales, para realizar estudios en el extranjero, por turismo, interés cultural, entre otras. Como vimos en un artículo anterior, existen diversas universidades árabes listadas en los rankings mundiales, por lo que cada vez será más común ver a personas de todo el mundo realizando estudios en países como Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos y, si bien muchos de los programas son ofrecidos en inglés, conocer el idioma local es siempre una ventaja.
Igualmente, con la apertura de estos países al turismo extranjero y el acelerado crecimiento en áreas como la ciencia, la tecnología y el propio turismo, estos países demandan cada vez más trabajadores, muchas veces provenientes de países extranjeros y, por ende, el árabe se vuelva un requisito para quienes desean aprovechar estas oportunidades. Otra razón es la riqueza cultural y la belleza de su caligrafía, la cual, de hecho, se sumó a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO a finales del 2021.
Otro aspecto relevante del árabe es que se trata del idioma litúrgico del islam, la segunda religión con más practicantes en el mundo, con uno 1.6 billones de seguidores. El libro sagrado de esta religión conocido como El Corán, el cual contiene las últimas revelaciones de la palabra de Dios ("Allah") que fueron dadas al profeta Mahoma por medio del arcángel Gabriel, sí el mismo arcángel que se conoce en la religión cristiana, pero sobre esto se ahondará en otro artículo. El árabe también destaca como la lengua de grandes poetas, pensadores y escritores como el poeta palestino Mahmoud Darwish (1941-2008) o Al-Mutannabi (915-965), considerado el poeta árabe más importante de todos los tiempos.
Algo realmente interesante es que, pese a ser un idioma que puede parecer muy distinto al nuestro, son más de 4000 palabras en la lengua española que tienen origen árabe, lo cual se conoce como arabismos. Lo anterior es producto del control que tuvieron los árabes de gran parte de la península Ibérica entre los años 711 y 1492 por lo que el impacto cultural y ling\u00fcístico fue algo notable. Por ejemplo, palabras tan cotidianas como café (\u0642\u0647\u0648\u0629, que se pronuncia "qahwa"), aceite (\u0632\u064a\u062a, "zayt"), limón (\u0644\u064a\u0645\u0648\u0646, "lymun") o azúcar (\u0627\u0644\u0633\u0643\u0631, "alsukar") son parte de estos arabismos, pero también topónimos como Guadalajara ("w\u0101d\u012b al-hij\u0101rah"), que significa "río de piedras", apellidos como Alcántara (\u0627\u0644\u0642\u0646\u0637\u0631\u0629, "al-qantarat") que significa "el puente" e incluso el tan popular nombre que une a millones de mexicanos: Guadalupe compuesto por la palabra árabe w\u0101d\u012b "río" y del latín "lupus" lobo que da como resultado "río de los lobos", aunque también se dice que está compuesto por dos palabras árabes ("w\u0101d\u012b" y "al-luben") cuyo significado es "río oculto".
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