Aumentan los casos de COVID-19 en niñas y niños

La OMS no se ha pronunciado a favor de la vacunación de niñas y niños, porque prefiere que se vacune primero a la población de mayor riesgo.

Escrito en OPINIÓN el

Como lo anticipamos en este espacio, el número de niñas y niños enfermos por la variante súper contagiosa Delta del SARS-CoV-2 está aumentado en México, Estados Unidos y varios países del mundo; también las hospitalizaciones entre adolescentes se están incrementando de manera alarmante desde mediados de agosto.

En Palacio Nacional, en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador y del subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, se ha dispersado la mentira de que ni los niños ni los adolescentes requieren ser vacunados porque no les afecta el coronavirus. Esta falsa información carece de sustento científico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no se ha pronunciado a favor de la vacunación de niñas y niños, no porque no se contagien o enfermen por la COVID-19, sino porque prefiere que se vacune primero a la población de mayor riesgo y después a infantes y adolescentes.

La Jefa Científica de la OMS, Soumya Swaminathan, señaló que el problema es que el acceso a las vacunas todavía es limitado en muchos países, por ello, afirma que se deben priorizar otros grupos como los trabajadores de los sistemas de salud, los adultos mayores y las personas con comorbilidades y en este grupo sí se debe incluir a niñas y niños vulnerables que padecen alguna enfermedad preexistente.

Foto: Cuartoscuro

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han registrado el aumento de las hospitalizaciones pediátricas por COVID-19 desde mediados de junio y finales de agosto, con un incremento de casi cinco veces respecto a lo ocurrido en meses previos.

Un estudio científico publicado por la CDC indica que entre los adolescentes no vacunados la tasa de hospitalización fue 10 veces más alta que entre los que fueron vacunados. Sin embargo, aunque no se sabe si Delta (B.1.617.2) causa una enfermedad más grave, el aumento de las hospitalizaciones se debe a la alta infecciosidad de la nueva variante.

Los investigadores del equipo COVID-NET Surveillance Team de la CDC indica que las medidas preventivas para reducir la transmisión y los resultados graves en niños y adolescentes son fundamentales, entre las que destaca la vacunación, el uso universal de cubrebocas en las escuelas y por toda persona mayor de dos años en espacios públicos cerrados y en centros de cuidado infantil.

En otro estudio de la CDC se resalta que la enfermedad grave por COVID-19 puede ocurrir y ocurre en niños y adolescentes, y que las hospitalizaciones aumentaron de junio a agosto de 2021 entre las personas de 0 a 17 años. "Las visitas al área de emergencias y las admisiones hospitalarias en un período de 2 semanas en agosto de 2021 fueron mayores en los estados con menor cobertura de vacunación de la población y menores en los estados con mayor cobertura de vacunación", señala la investigación.

La vacunación comunitaria, en coordinación con las estrategias de aplicación de pruebas y otras medidas de prevención, son fundamentales para proteger a las poblaciones pediátricas de la infección por SARS-CoV-2 y COVID-19 grave.

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Al igual que en México, en Estados Unidos millones de niñas, niños y adolescentes están regresando a clases presenciales, y si bien en muchos estados se ha impuesto el uso obligatorio de cubrebocas en otros se ha eliminado. Hay un gran debate sobre la seguridad en la salud pública por el regreso a clases presenciales y se está acelerando la vacunación de adolescentes de entre 12 y 17 años.

Otro estudio publicado el 3 de agosto en la revista The Lancet Child & Adolescent Health indica que aunque la mayoría de niños y niñas con COVID-19 se recuperan en una semana un pequeño porcentaje experimenta síntomas y efectos de largo plazo. Se han reportado cada vez más casos de una enfermedad persistente.

Con el objetivo de determinar la duración y las características de la enfermedad, en ese estudio llevado a cabo con más de mil 734 niños de entre 5 y 17 años en el Reino Unido, los investigadores encabezados por Erika Molteni, del King\u2019s College London, encontraron que el 4.4% tuvo síntomas que duraron cuatro semanas o más, mientras que 1.8% los padeció a lo largo de ocho semanas o más. Los síntomas más comunes fueron dolor de cabeza, en el 62% de los pacientes, y fatiga, en el 55%.

Dado el éxito de las vacunas anti COVID-19 en la prevención de la muerte y la enfermedad grave en adultos y su impacto en la transmisión comunitaria, el uso en niños y adolescentes requiere una consideración inevitable, indica otro artículo publicado en The Lancet, el 28 de agosto. Aunque la enfermedad grave es poco frecuente, los impactos de la pandemia en la educación, la salud mental y el bienestar general afectan a todos los grupos de edad.

La vacuna Pfizer-BioNTech probó ser segura entre adolescentes de entre 12 y 17 años y la vacuna Sinovac lleva a cabo sus ensayos fase 1 y 2 que demostraron seguridad para niños de 3 a 17 años. Actualmente se están llevando a cabo más de 30 ensayos internacionales en niños de hasta 6 meses, para evaluar la seguridad, inmunogenicidad, dosificación y programación de la vacuna.

En Estados Unidos e Israel la vacuna se está aplicando en adolescentes de 12 a 17 años, lo que ha ocasionado la disminución de la transmisión del SARS-CoV-2 en las escuelas y en las comunidades.

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En nuestro país, de acuerdo con las estadísticas del gobierno de México, han fallecido por COVID-19, 2 mil 80 menores de 20 años, lo cual incluye niñas, niños y adolescentes, lo que representa el 0.55% del total.

Un estudio publicado por la revista Journal of Tropical Pedriatrics de la Universidad de Oxford, por un equipo de investigadores mexicanos encabezados por Mercedes Macías Parra, del Instituto Nacional de Pediatría, analizó 86 casos de niños hospitalizados por COVID-19 en un hospital pediátrico de la Ciudad de México, entre el 1 de abril al 28 de septiembre de 2020. Entre sus hallazgos resalta que el mayor número de casos ocurrió entre los adolescentes de 12 años con el 40%; pero el segundo grupo más afectado fue el de dos meses a 5 años, con el 33%.

El 84% de los pacientes fue contagiado en la comunidad y las manifestaciones clínicas más frecuentes fueron fiebre (81%), tos (51%) y dolor de cabeza (35%), sin diferencias significativas entre los distintos grupos.

Es sabido que la variante Delta del coronavirus tiende a infectar más las vías respiratorias superiores, es decir, boca, nariz y garganta, lo que la hace más infecciosa y que suele generar síntomas más parecidos a la gripe común.

Aunque las autoridades sanitarias mexicanas no lo reconozcan, las niñas y niños son parte de las cadenas de transmisión comunitaria y, conforme se incrementen los casos con el retorno a clases presenciales, el número de contagios se incrementará exponencialmente, por lo que surgirá el necesario debate en torno al programa de vacunación a este grupo de edad. Tarde o temprano también se tendrán que vacunar. Lo ideal sería empezar cuanto antes si se quiere salvar algunas miles de vidas.

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