Sin duda alguna, de los grandes multimillonarios que han creado sus compañías espaciales Elon Musk es quien lleva la delantera en muchos sentidos. Si le hubiera interesado, desde hace cuando menos tres años podría haber viajado al espacio y vacacionado en la Estación Espacial Internacional durante varios días, mientras que sus amigos Richard Branson y Jeff Bezos hace dos meses apenas pellizcaron durante breves minutos la frontera espacial.
En marzo de 2019 la agencia SpaceX, en colaboración con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) del gobierno estadounidense, marcó el inicio de una nueva era para los viajes espaciales y el retorno de los estadounidenses a este campo, luego de la desaparición del programa de transbordadores espaciales en 2011.
Ahora, imponiendo un nuevo hito, SpaceX ha completado la primera misión civil de un vuelo espacial. Por primera vez, sin la intervención de astronautas profesionales ni integrantes de la fuerza aérea estadounidense, se llevó a cabo el primer viaje espacial enteramente civil, financiado y encabezado por el multimillonario Jared Isaacman, quien invirtió poco menos de 200 millones de dólares en la misión Inspiration4 que consistió en un viaje por tres días a una altura récord de 575 kilómetros, más allá de la Estación Espacial Internacional (EEI, 420 km) y del Telescopio Espacial Hubble (540 km).
Sin bien el cohete Falcon 9 y la cápsula o nave espacial Crew Dragon son creaciones de SpaceX, el entrenamiento de los tripulantes se llevó a cabo en las instalaciones de la NASA y el lanzamiento se hizo desde el Complejo de Lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy, en Florida, como parte de los proyectos conjuntos entre la empresa de Musk y el gobierno estadounidense.
Inspiration4 se lanzó el pasado 15 de septiembre y regresó a las costas de Florida el 18 de septiembre. Estuvo comandada y financiada por el multimillonario de 38 años Jared Isaacman, fundador y director general de la empresa Shift4 Payments, quien, en un gesto de generosidad, pero también para demostrar que cualquier ciudadano puede volar al espacio, eligió a la tripulación entre personas comunes, ninguna de ellas astronauta profesional.
Así la tripulación estuvo integrada por Hayley Arceneaux (29 años), asistente médica del Hospital de Investigación Infantil St. Jude de Memphis y superviviente de un cáncer pediátrico; ella fue la oficial médica de la misión. También participó Chris Sembroski (42 años), ingeniero de datos aeroespaciales, quien fungió como el especialista de misión; y Sian Proctor (51 años), geocientífica y empresaria, quien fue la piloto de la nave. Todos recibieron entrenamiento intensivo a lo largo de 4 meses.
Las naves Crew Dragon fueron creadas para llevar astronautas para la NASA, pero también para transportar astronautas comerciales o civiles a la órbita terrestre, la estación espacial o más allá. Tienen capacidad para transportar siete tripulantes, pero hasta ahora solo ha llevado consigo a cuatro en cada misión. Para Inspiration4 la cápsula fue modificada en la punta y en lugar de llevar el mecanismo de acoplamiento con la EEI se sustituyó por una cúpula de observación. Esta ventana permitió vistas de 180º del espacio.
Después de las misiones Apollo, la Dragon es la segunda nave más grande utilizada hasta ahora, puede llevar consigo una carga de seis toneladas y puede regresar tres. Tiene una altura de 8.1 metros, un diámetro de 4 m y la cápsula tiene un volumen de 9.3 metros cúbicos (m3) mientras que el tronco tiene un volumen de 37 m3.
Después de tres días en órbita, la nave tuvo un exitoso amarizaje en el Océano Atlántico el sábado 18 de septiembre por la noche. “Bienvenidos a casa, al planeta Tierra”, dijo Kris Young, director de operaciones espaciales de SpaceX, a la tripulación mientras la cápsula flotaba en el agua y los tripulantes eran rescatados. Jared Isaacman, respondió: “Ha sido un viaje increíble para nosotros. Solo estamos empezando”.
Objetivos médicos
En la misión hubo dos objetivos médicos significativos, el primero de ellos fue recaudar fondos para impulsar la investigación en cáncer infantil que lleva a cabo el Hospital de Investigación Infantil St. Jude de Memphis, donde se brinda atención gratuita a niñas y niños con cáncer y se llevan a cabo investigaciones de vanguardia. Se consiguieron donativos por 210 millones de dólares, incluidos 100 millones de Isaacman y 50 millones de Musk.
Tradicionalmente, cuando los astronautas se encuentran en el espacio, llevan a cabo diversos experimentos científicos y pruebas tecnológicas que forman parte de investigaciones de diversos temas y diversos grupos de científicos; para ello reciben entrenamiento como si fueran técnicos de laboratorio o estudiantes de posgrado. A su regreso traen consigo resultados valiosos para esos proyectos. Pero para el caso de los tripulantes de Inspiration4 fue a la inversa: ellos fueron los analizados.
De eso se trató el otro objetivo médico de la misión: utilizar a los tripulantes para medir el impacto de la microgravedad en el cuerpo humano como el llamado síndrome de adaptación al espacio, que experimentan los astronautas al adaptar su organismo a las extrañas condiciones de un entorno de microgravedad.
Dorit Donoviel, coordinadora de investigación de Inspiration4 y directora ejecutiva del Instituto de Investigación Traslacional para la Salud Espacial en el Colegio de Medicina Baylor de Houston, señaló que en investigaciones previas se ha observado que en ausencia de gravedad los fluidos se desplazan hacia arriba en el cuerpo: cabezas hinchadas, piernas encogidas y que la falta de gravedad debilita los huesos.
Asimismo, el espacio exterior genera afectaciones en el ADN humano como las ocasionadas por la radiación cósmica, pero también las inusuales condiciones de ingravidez hacen que algunos genes se activen y otros se desactiven. Las repercusiones biológicas de estas alteraciones aún no se comprenden del todo.
Diariamente los tripulantes se realizaron diez pruebas diseñadas originalmente para medir el rendimiento mental de los astronautas de la NASA. Estas pruebas se llevaron a cabo con dispositivos electrónicos y pantallas, una de ellas consiste en pulsar un cuadro en una pantalla que cambia de posición y de tamaño progresivamente, para medio la velocidad de reacción y de coordinación mano-ojos.
También hay pruebas psicométricas para medir la identificación de emociones, para analizar las reacciones del oído interno o analizar la capacidad de mantenerse erguido y ponerse de pie en la microgravedad, lo que requiere fuerza muscular y coordinación de movimientos. También se levaron a cabo pruebas para medir si la ingravidéz hace que los ojos se desalineen lo que podría alterar el sentido del equilibrio.
Además, probaron dispositivos de ultrasonido que rastrearon cómo el agua en sus cuerpos se desplazaba hacia sus cabezas mientras flotaban en órbita, lo cual podría ayudar a comprender el problema de aplastamiento de los globos oculares y las afectaciones de visión que experimentan algunos astronautas. También llevaron consigo relojes inteligentes que midieron sus datos básicos como latidos, oxigenación, presión arterial, entre otros.
En pocas palabras, lo que quieren hacer los médicos del espacio es aprender a predecir quiénes se pueden enfermar en el espacio cuando no hay coordinación entre los diversos sistemas sensoriales. Los vuelos espaciales civiles brindarán más oportunidades para estudiar estas afectaciones. Los resultados de esos estudios se incluirán en una bases de datos donde será recopilada la información protegiendo los datos privados.
Turismo espacial
SpaceX señaló que el éxito de Inspiration4 demostró al mundo que el espacio es para todos y que la gente de a pie puede tener un impacto extraordinario en el mundo que le rodea. Lo cierto es que en realidad está abriendo una ventana muy importante para el turismo y la comercialización espacial.
Un campo en el que los viajes espaciales no son para todos, solo un puñado de multimillonarios y millonarios se pueden dar este lujo. Los vuelos espaciales orbitales siguen siendo demasiado caros para cualquiera y lo seguirán siendo a lo largo de décadas. Pero el giro que pueden tomar las actividades espaciales nos debería hacer reflexionar sobre si realmente estamos iniciando una nueva era espacial.
Inspiration4 no solo recaudó fondos para investigación contra en cáncer infantil sino que hubo toda una serie de actividades patrocinadas, por ejemplo, Netflix produjo una serie documental que siguió el entrenamiento de los tripulantes y el último episodio abordará el viaje espacial. A México llegará pronto esa producción televisiva.
Desde el espacio los tripulantes hicieron sonar una campana para el cierre de la Bolsa de Valores de Nueva York y transmitieron en directo sus actividades a través de YouTube. Sostuvieron una llamada telefónica con el actor Tom Cruise (de quien se ha dicho que podría participar en una película filmada en la propia Estación Espacial Internacional) y el multimillonario Isaacman hizo algunas apuestas desde el espacio en una conocida aplicación de una casa de apuestas.
Se habla incluso de proyectos de reality show sobre “¿Quién quiere ser astronauta?”, en el que abordará el entrenamiento de futuros astronautas civiles y el ganador será lanzado en un cohete de SpaceX a la Estación Espacial.
La misma cápsula usada en Inspiration4 será modificada nuevamente para otra misión privada de la empresa Axiom Space, que llevará a un astronauta profesional y a tres clientes que pagaron 55 millones de dólares cada uno para visitar la Estación Espacial.
En los próximos meses la agencia Rusa del Espacio también incursionará en el turismo espacial, una veta muy grande de dinero: lanzará a un director de cine y a una actriz a la Estación Espacial Internacional, para una película que se llamará “El desafío”, la primera película de ficción filmada en el espacio. Ni a Alfonso Cuarón se le habría ocurrido.
La comercialización de la industria espacial está cambiando, pero ¿se estará orientando hacia la frivolidad y opulencia del dinero? ¿Hacia allá se dirigirá la nueva era espacial encabezada por multimillonarios aventureros del cosmos?
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