¿Qué tal terminará este 2021 en su vida personal, profesional y familiar? Son dos inviernos de resistir con la amenaza flotando en el aire de un virus pandémico que no concluye. Los acelerados estudios que derivaron en los galenos que las farmacéuticas han producido y su cobertura aún no son suficientes para decir que hemos doblegado al covid-19.
Y las consecuencias de ello, apenas asoman sus garras. No hemos aprendido la segregación, el aislamiento, la intimidad y la calma. Por doquier se miran multitudes, desaforados retamos la realidad más por hastío que por valentía.
Cerraremos el año con cerca de 300 mil muertes registradas por covid; 17 asesinatos de periodistas en nuestro país en ejercicio de su labor, más de 30 mil muertes por la violencia, inseguridad y el crimen organizado se suman a la lista negra de México como el país más violento. Estamos frente a una crisis de seguridad, de impartición de la justicia y de impunidad.
¿Hay porvenir? Seguramente lo habrá no en el corto ni mediano plazo, el mundo es una transparencia del mal por el momento y ante ello, sólo queda reinterpretar el sentido simbólico de esto que llamábamos mundo global, conciencia colectiva y democracia.
El exceso y la paradoja, la contradicción y el caos son los ejes por donde hemos transitado y seguramente nos llevará a la esencia, los nuevos sentidos del valor de lo humano, de lo colectivo, de la salud, los virus, el terrorismo, la justicia y el por-venir.
Por lo pronto, como dijo el filósofo francés Jean Baudrillard, "estamos ante el mal no como un principio moral sino como el principio de complejidad y extrañeza, de seducción y miedo", y quizá una vez que comencemos a domar ese vértigo y desequilibrio tomaremos las riendas del porvenir.
Lo que ahora hemos vivido, al hacer un corte de caja del año, es que aquella complejidad virulenta que paralizó el 2020 a la humanidad parece tener forma, nombre y responde a ciertos efectos, nos ataca y no se domina, parece comenzar a controlarse sus efectos en los organismos vivos.
Su violencia, de principio fue el mal, ahora es consenso de opacidad, "normalidad" de su daño, de su transmutación.
¿Cómo sortear la vida entre el efecto y el símbolo? En tiempos donde todo era global, reinterpretar el valor y el símbolo de los efectos de un virus ha sido una manera de reconocer el otro capaz de ser una salvación o una amenaza. Terminamos el año pendidos a una esperanza.
Necesitamos simbólica y socialmente concluir un ciclo, sembrar esperanzas al porvenir, ese tiempo tan incierto y como tal fascinante, apostar por el futuro, sin miedo ni temores, y lo mejor quizá entregarse a la sorpresa porque ya no se pueden hacer planes que el tiempo se encargará de darle rumbo.
Estamos en la bruma de la transparencia del mal, el mundo está a la deriva y nosotros en ese barco tratando de dirigir el timón\u2026 sin miedo y sin acelerarnos entremos mar adentro a sortear el año que viene. Deseando sea una aventura favorable para tod@s.
Volveremos a leernos. El porvenir lo iremos escribiendo. ¡Sea un venturoso año 2022!