En una investigación preliminar que se encuentra en revisión de expertos y que ha sido publicado en el portal medRxiv, de la British Medical Journal, la Universidad de Yale y el Laboratorio Cold Spring Harbor, se indica que la variante Ómicron del SARS-CoV-2, identificada por primera vez en Sudáfrica y que se ha extendido en 70 países, puede comprometer la protección de las vacunas y la inmunidad de personas que ya han sido infectados por el coronavirus.
La investigación llevada a cabo por un equipo de 33 científicos de Alemania, Australia, EU, Reino Unido y Sudáfrica, encabezados por Alex Signal, del Instituto Max Planck y del Instituto de Investigación en Salud de África, descubrieron que Ómicron escapa a la neutralización de anticuerpos que genera la vacuna anticovid de las empresas BioNTech-Pfizer llamada BNT162b2, la primera que se desarrolló para combatir la pandemia.
De acuerdo con los resultados, Ómicron (B.1.1.529) también elude el sistema inmunitario en aquellas personas que cuentan con anticuerpos por haber padecido la enfermedad.
Los científicos también observaron que la nueva variante sigue utilizando el receptor de las células humanas llamado Enzima Convertidora de Angiotensina (ACE2), que es como una cerradura microscópica por donde entra e invade el coronavirus utilizando su proteína espiga o de pico (S). Es decir, sigue utilizando el mismo mecanismo de fusión e infección que utilizan las otras variantes del SARS-CoV-2.
La investigación inició luego de darse a conocer la existencia e identificación de la nueva variante, el pasado 26 de noviembre, e inmediatamente los investigadores obtuvieron la secuencia del genoma de Ómicron de muestras del virus vivos de personas infectadas con la nueva variante en Sudáfrica.
De esta manera, probaron en laboratorio la protección del plasma sanguíneo de individuos sudafricanos vacunados con BNT162b2 y analizaron si el plasma neutralizaba a los virus vivos de la nueva variante. También, compararon la neutralización de la nueva variante con una cepa ancestral del SARS-CoV-2 llamada D614G.
En el artículo los investigadores señalan: "Observamos que Ómicron sigue necesitando el receptor ACE2 para infectar, pero tenía un amplio escape de la neutralización que brinda la vacuna de BioNTech-Pfizer. Sin embargo, 5 de los 6 individuos previamente infectados y vacunados con BNT162b2, todos ellos con una alta neutralización al virus ancestral D614G, mostraron una neutralización residual a niveles que se espera que confieran protección contra la enfermedad grave".
Las mutaciones de Ómicron
La nueva variante ha suscitado preocupación entre científicos y gobiernos de todo el mundo debido al gran número de mutaciones: Hasta ahora se han identificado 50 mutaciones y 30 de ellas en la proteína S, pero hay otras 20 modificaciones en otras partes, como la nucleocápside que rodea el material genético, el ARN del virus, una región que es identificada por algunas de las células del sistema inmunitario humano.
Tanto los cambios en la proteína S como en la nucleocápside pueden ayudar al virus a evadir el sistema de defensa del organismo humano. En Ómicron se encontró la mutación R346K, identificada previamente como una mutación de escape.
Los investigadores observaron que aquellas personas que cuentan con la inmunidad híbrida (infección previa más la vacuna), mantienen una capacidad de neutralización disminuida, pero con una eficacia razonable contra la nueva variante.
Pero al analizar los niveles de protección conferida por la vacuna BNT162b2, los investigadores encontraron que la capacidad de neutralización disminuye 41 veces frente a Ómicron, respecto a la variante ancestral. Los individuos vacunados mostraron un gran declive en los niveles de protección, pero mantenían suficiente protección para evitar la enfermedad grave.
Aunque el escape a las vacunas de la nueva variante no fue total, la capacidad de neutralización es menor y disminuye con el tiempo de manera notable.
De acuerdo con los resultados, una reducción de 41 veces se traduce en una eficacia de la vacuna del 22.5% contra la infección sintomática, lo que compromete esencialmente la capacidad de la vacuna para proteger contra la infección.
Entre aquellas personas que ya han padecido la enfermedad y que cuentan con anticuerpos, la neutralización residual contra Ómicron está apenas por encima del 50%, lo suficiente para proteger contra la enfermedad grave.
El estudio indica que Ómicron no evade tanto la inmunidad de las células T o linfocitos T, presentes en las personas que ya han padecido la COVID-19. Son anticuerpos del sistema inmunitario que atacan a las células infectadas por el coronavirus, por lo que evitan la enfermedad grave y la muerte, pero no la infección.
Vacuna de refuerzo
La semana pasada, en resultados preliminares de una investigación realizada por científicos de las empresas BioNTech y Pfizer con la nueva variante, se anunció a través de un comunicado la necesidad urgente de complementar su vacuna BNT162b2 con una tercera dosis.
Los resultados con sangre de personas que han recibido su vacuna indican que después de tres dosis de su vacuna anticovid se neutraliza la variante Ómicron del SARS-CoV-2.
"Los sueros obtenidos de los vacunados un mes después de recibir la vacunación de refuerzo (tercera dosis de la vacuna BNT162b2) neutralizaron la variante Ómicron a niveles comparables a los observados para la proteína de pico del SARS-CoV-2 de otras variantes después de dos dosis", señala el comunicado.
En concordancia con la investigación del equipo de Alex Signal, los datos preliminares de Pfizer-BioNTech señalan que dos dosis de su vacuna BNT162b2 "muestran títulos de neutralización significativamente reducidos". Por lo que contra la variante Ómicron se requiere una tercera dosis para que se aumenten los niveles de anticuerpos neutralizantes en 25 veces, en comparación con solo dos dosis.
“Aunque dos dosis de la vacuna pueden seguir ofreciendo protección contra la enfermedad grave causada por la cepa Ómicron, de estos datos preliminares se desprende que la protección mejora con una tercera dosis de nuestra vacuna”, dijo Albert Bourla, presidente y Director General de Pfizer.
Las empresas ya están trabajando en el desarrollo de una nueva vacuna específica contra la variante Ómicron y esperan tenerla disponible en 100 días, para marzo de 2022, en caso de que sea necesaria una adaptación para aumentar aún más el nivel y la duración de la protección.
Sin embargo, para ser aprobada aún en tiempos de emergencia sanitaria, su aprobación tardaría cuando menos 6 meses más, por lo que la nueva vacuna se tendría lista hasta septiembre de 2022, por lo que una dosis de refuerzo con la vacuna que ya existe sería la mejor estrategia para proteger contra Ómicron.
El hecho de que estos resultados hayan sido específicos con la vacuna BNT162b2 no significa que no se deban realizar investigaciones similares con las otras vacunas ya aprobadas. De hecho, las empresas farmacéuticas se encuentran realizando sus propias pruebas y, lo más probable, es que los resultados sean similares a los de Pfizer-BioNTech.
En todo el mundo la tercera dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 es una necesidad basada en una gran cantidad de investigaciones científicas y por ello en decenas de países ya se está aplicando. Incluso en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció la semana pasada que la dosis de refuerzo será para todos los adultos mayores de 18 años.
Comentarios y sugerencias: @abanav / abanav@gmail.com y sapiensideas.com