Los meses no siempre fueron doce. En un principio, los romanos contaban diez, aunque más tarde introdujeron dos más para que cuadraran con el año solar. ¿Conocen el origen de los nombres de los meses?
El nombre del mes de enero, por ejemplo, tiene un origen muy bonito. Proviene del latín “ianua” que significa “puerta”. Por enero salimos de año viejo y entramos al nuevo. Incluso había una divinidad que se llamaba Jano, tenía dos caras y era el dios de los comienzos y los finales. En inglés, la etimología es aún más clara: January.
El origen del nombre de febrero surge de las fiestas lupercales celebradas en Roma por las fechas de febrero. Se llamaban lupercales que era como decir “amigos del lobo”. A esas fiestas también se le llamaban “Februa”, fiestas de la purificación. Por cierto, las fiestas lupercales derivaron en el Día de San Valentín y, al igual que en la “februa”, el 14 de febrero celebra todavía la fertilidad… a su manera.
El nombre de marzo alude a Marte, el dios romano de la guerra. Ese periodo del año estaba consagrado a él. El origen de “abril” es incierto. Algunos sugieren que podría venir de Afrodita, diosa griega del amor, cuyo nombre significa “surgida de la espuma”. Afrodita nació de la espuma producida por los testículos de Urano, arrojados al mar por Cronos, despúes de que éste castrara (¡auch!) a dios de los cielos. Otros dicen que abril alude al verbo “aperire”, abril, pues en abril se abren las flores.
El origen del nombre “mayo” es incierto. Quizá reciba su nombre por estar consagrado a “Maius Júpiter”, que es así como decir Júpiter, el más grande. Sin embargo, bien puede originarse por el festival de la diosa romana Maia, celebrado en esas fechas.
Y muchos meses también inspiraron su nombre en grandes personajes romanos. Junio, por ejemplo, recibe su nombre en honor al gran cónsul Junio Bruto, fundador de la República Romana. Aunque la hipótesis que dice que el nombre proviene de la diosa Juno, esposa de Júpiter, no debe ser descartada.
Julio César, el conquistador, no le dio nombre a la ensalada César (luego les cuento la historia), pero sí tiene su propio mes. Y sí, agosto también recibe su nombre por un emperador romano: Octavio Augusto.
Y para los últimos meses del año, la imaginación para inventar nombres se les acabó a los romanos. Septiembre se llama así por “séptimo”, porque alguna vez lo fue en el calendario romano, aunque ahora sea el noveno. Octubre por ser el octavo. Noviembre el noveno y diciembre el décimo.
Como dicen los corridos, “ya con esta me despido”. Espero que su saldo en la tarjeta de crédito no sea alarmante y que sus triglicérdidos no están por los cielos. ¡Feliz 2018 y que Júpiter nos libre de los malos gobernantes!
Sapere aude!
@hzaga