El legado de Mauricio Fernández Garza, cuatro veces alcalde de San Pedro Garza García y uno de los políticos más influyentes de Nuevo León, no solo quedará grabado en su trayectoria política y cultural sino también por un nombre que se repitió en distintos momentos de su vida: Milarca.
Este término, que para él tuvo un gran valor personal y simbólico, lo utilizó en diversas ocasiones a lo largo de su vida: su casa, su hija, el museo que resguarda su colección privada y hasta un fósil único en el mundo.
A lo largo de su vida, Fernández explicó en varias ocasiones de dónde surgió este nombre tan peculiar y qué lo llevó a adoptarlo como una especie de sello propio.
¿De dónde viene 'Milarca'?
En un video compartido en vida a través de redes sociales, Mauricio Fernández narró que la primera vez que escuchó este nombre fue gracias a un amigo suyo, el arquitecto José Luis Ezquerra, creador del famoso complejo turístico Las Hadas en Manzanillo, Colima.
“Milarca es idea del arquitecto José Luis Ezquerra de la Colina, que es el que hizo Las Hadas, en Manzanillo, muy amigo mío".
"Oye, José Luis, yo le quiero poner un nombre a mi casa, búscame uno y meses después me dijo: Oye, Milarca, fíjate que es un nombre perdido en la historia, es de una doncella de una novela medieval y a mí se me hizo bellísimo el nombre Milarca.”
Desde entonces, el nombre fue adoptado para llamar la residencia del exalcalde.
Milarca: su hija
Mauricio fue padre de siete hijos: Vanesa, Stefan, Alana, Anton, Martel, Milarca y Max; procreados con su exesposa Norma Zambrano.
Entre ellos resalta nuevamente el nombre Milarca, una palabra que ya se había escuchado en Fernández.
En el video relató que originalmente había propuesto llamar a su hija “África”, pero ante el rechazo de su esposa y familia optaron por “Milarca”, el mismo nombre que ya distinguía a su hogar.
“En una discusión con mi esposa de una hija que teníamos, yo le quería poner África, tuve un rechazo total ahí en la familia. Para acabar el pleito, pues la acabamos poniendo igual que la casa: Milarca.”
Milarca: el fósil
El nombre “Milarca” no solo quedó ligado a la familia, sino que también a un descubrimiento científico de gran relevancia mundial.
Se trata del fósil de la especie Aquilolamna milarcae, un ejemplar hallado en Vallecillo, Nuevo León, considerado el eslabón perdido entre los tiburones y las mantarrayas, el cual vivió hace 93 millones de años.
El fósil de “Milarca” se distingue por mantener intactos todos los huesos de la cola y la huella del cartílago, una característica poco común en especies marinas; también llaman la atención sus enormes aletas alargadas en forma de alas, que le permitían desplazarse planeando con las corrientes del océano.
Este hallazgo sorprendió a la comunidad científica por tratarse de una familia nueva de peces cartilaginosos, algo que ocurre muy pocas veces en la paleontología moderna.
El fósil “Milarca” fue nombrado en honor a Fernández y se convertiría años después en una pieza central del museo de Fernández.
Milarca: el museo
El legado cultural de Mauricio se materializó en un museo, que fue nombrado 'La Milarca' , un espacio ubicado en el Parque Rufino Tamayo en San Pedro Garza García, inaugurado en 2023.
Este recinto concentra la colección privada que el político reunió a lo largo de su vida, con piezas que abarcan desde fósiles prehistóricos y objetos arqueológicos hasta arte sacro, arte contemporáneo y piezas de gran valor histórico como los fósiles Milarca y Mauriciosuarius.
