Desde la numismática con su rica colección de monedas antiguas mexicanas hasta el Estudio del Coleccionista de Mauricio Fernández, cuyas piezas más valiosas de su tesoro aquí te presentamos, alberga el Museo La Milarca que tendrá 902 piezas de exhibición, convirtiéndose así en “único” en su tipo.
Un anticuario le regaló a Mauricio Fernández Garza su primera pieza de colección cuando tenía 10 años: una fina licorera alemana del siglo XIX grabada con escenas campestres, por lo que desde entonces ya sabía lo que más tarde dejaría por escrito: “Toda antigüedad es un espacio previamente habitado”, por lo que aquí te traemos las piezas más valiosas de su tesoro, que presenta en el Museo La Milarca.
Coleccionismo de familia
A Mauricio Fernández el coleccionismo le venía de familia, tanto así que su abuelo, el ingeniero Roberto Garza Sada, como su madre doña Márgara, reunieron obras y acervos de importancia de los que heredó su gusto por la ciencia y el amor por las artes, pero su aventura personal en busca de lo “único” lo llevó a desarrollar investigaciones, viajes y exploraciones hasta completar este tesoro que se expone en el Museo La Milarca y del que te traemos sus piezas más valiosas.
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Como el dueño de su colección, el alcalde Mauricio Fernández, así es el museo La Milarca, ecléctico y extravagante, ubicado en el parque Rufino Tamayo, en Eugenio Garza Lagüera 400, entre Rufino Tamayo y María Izquierdo, Zona Valle Oriente, en el Municipio de San Pedro Garza García, con una gran variedad de artículos históricos y naturales que lo hacen único en su especie: un proyecto complejo que similar al Museo Nacional del Prado, en Madrid, España.
Las piezas más valiosas de la colección
Los objetos de valor están distribuidos sobre una superficie de 250 metros cuadrados, con una pieza bautizada como La Milarca y que salió en la revista Science, icónica, aunque también hay otras importantes como la cabeza de un tiranousario Rex en un museo en el que se invirtieron 152 millones de pesos y alberga también una colección de monedas.
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Ah, pero sin duda algunas de sus piezas más valiosas son un meteorito que cayó en China en el 2000, un cuadro inédito de Diego Rivera que se mantuvo oculto por más de 80 años, una colección de fósiles de dinosaurios, como la cabeza de un T-Rex, un triceratops, un tiburón único en su especie que le da nombre al museo y piezas de paleontología, así como de arte medieval y moderno.