“Dreams: Sueños” Una película que explora pasión, ambición y la fragilidad del poder ¿De qué trata?

El director Michel Franco, reconocido por su estilo crudo y provocador, regresa a la pantalla grande con "Dreams: Sueños", un drama que entrelaza pasión, ambición y poder, y que pone a prueba los límites entre el sacrificio personal y la manipulación emocional.

Con un elenco que incluye a Rupert Friend, Marshall Bell, Eligio Meléndez y Mercedes Hernández, Franco construye un relato cargado de tensiones: la búsqueda de la libertad artística frente al peso de las relaciones de poder, el choque entre el deseo y la conveniencia, y la vulnerabilidad de quienes deciden apostar por lo imposible.

¿De trata la película “Dreams: Sueños”?

La cinta sigue la historia de Fernando (interpretado por el bailarín mexicano Isaac Hernández en su debut protagónico), un joven que abandona todo en México para perseguir su sueño en Estados Unidos. En el camino encuentra apoyo en Jennifer (Jessica Chastain), una poderosa filántropa con la que mantiene un romance que transformará no solo su destino, sino también el frágil equilibrio en la vida de ella.

En términos de estilo, "Dreams: Sueños" conserva el sello característico del cineasta: un ritmo pausado, una puesta en escena sobria y un enfoque en la incomodidad emocional más que en los estallidos dramáticos. La cámara se convierte en un testigo incómodo, que no juzga, pero sí desnuda las contradicciones de sus personajes.

Uno de los aspectos más llamativos es la participación de Isaac Hernández, cuya presencia física y formación como bailarín otorgan autenticidad al personaje. En contraste, Jessica Chastain aporta complejidad a Jennifer, encarnando a una mujer poderosa que oscila entre la pasión y el control.

Aunque la película no está exenta de momentos densos y de un tono que puede resultar desafiante para algunos espectadores, Dreams: Sueños reafirma la capacidad de Franco para incomodar y, al mismo tiempo, generar conversación sobre temas universales: los costos del éxito, la fragilidad de los vínculos y los sueños como motor y condena, de la vida humana.