El estado de Nuevo León cuenta con una gran diversidad de especies de serpientes, muchas de ellas venenosas y pertenecientes a la familia Viperidae, comúnmente conocidas como víboras.
Estas especies habitan en distintos ecosistemas del estado, desde zonas montañosas hasta regiones semiáridas, y representan un riesgo potencial para quienes practican senderismo, excursionismo o viven en áreas rurales.
Aunque no todas las serpientes son agresivas ni suelen atacar sin provocación, es fundamental conocerlas para evitar accidentes y saber cómo actuar en caso de un encuentro.
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A continuación te presentamos las especies venenosas más comunes de Nuevo León:
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Cantil tamaulipeco o Taylor’s Cantil (Agkistrodon taylori)
Tamaño: Hasta 137 cm
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Hábitat: Sur de Nuevo León y Tamaulipas
Especie endémica del noreste mexicano, se distingue por su cabeza triangular con líneas claras y su cuerpo con bandas oscuras, decoradas con escamas amarillas o anaranjadas. Los juveniles son claros, mientras que los adultos pueden volverse completamente negros, especialmente los machos; es considerada una serpiente discreta, pero peligrosa.
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Cascabel de diamantes o Western Diamond-Back Rattlesnake (Crotalus atrox)
Tamaño: Hasta 220 cm
Es una de las serpientes más grandes y temidas del norte de México y sur de Estados Unidos. Es conocida por el característico sonido de su cascabel, su agresividad cuando se siente amenazada y su potente veneno.
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Cascabel tropical o Totonaca Rattlesnake (Crotalus totonacus)
Tamaño: Hasta 166 cm
De gran tamaño y presencia en zonas con altitud baja a media. Su nombre hace referencia a su distribución en regiones tropicales del noreste, y su mordida puede ser muy peligrosa para humanos.
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Cascabel llanera o Mohave Rattlesnake (Crotalus scutulatus scutulatus)
Tamaño: Hasta 129 cm
Esta especie también está presente en el sur de Nuevo León; se le conoce por su potente veneno, que puede tener propiedades neurotóxicas, aunque su comportamiento suele ser más evasivo.
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Cascabel de cola negra o Black-Tailed Rattlesnake (Crotalus molossus nigrescens / Crotalus ornatus)
Tamaño: Hasta 125–130 cm
Estas dos subespecies se encuentran en distintas altitudes de Nuevo León. Su característica más notable es la cola de color negro, y aunque su veneno es peligroso, su temperamento suele ser menos agresivo comparado con otras cascabeles.
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Cascabel de las rocas o Rock Rattlesnake (Crotalus lepidus)
Tamaño: Hasta 80 cm
Especie que habita zonas rocosas y elevadas. Su coloración críptica le permite camuflarse perfectamente con el entorno, lo que la vuelve difícil de detectar.
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Cascabel de las rocas tamaulipeca o Tamaulipan Rock Rattlesnake (Crotalus morulus)
Tamaño: Hasta 80 cm o más
Especie que habita áreas montañosas del noreste mexicano. Aunque su tamaño es menor, su veneno es potente y su camuflaje la hace peligrosa al pasar inadvertida.
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Cascabel pigmea o Miquihuana Rattlesnake (Crotalus pricei miquihuanus)
Tamaño: 50–66 cm
Una de las cascabeles más pequeñas, vive en zonas montañosas elevadas. Su pequeño tamaño no debe subestimarse, ya que su mordida puede ser peligrosa, especialmente para niños o mascotas.
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Massasauga del desierto o Desert Massasauga (Sistrurus tergeminus)
Tamaño: Hasta 55 cm
Aunque su nombre común se asocia a los desiertos, esta víbora se encuentra en Nuevo León, específicamente en poblaciones aisladas en el norte del estado. Se distingue de las cascabeles del género Crotalus por su tamaño más pequeño y un cascabel más discreto que produce un zumbido agudo. Tiene un patrón moteado y una cabeza ancha, típica de las víboras.
¿Qué hacer si ves una serpiente?
Si te encuentras con alguna de estas serpientes, lo más importante es mantener la calma, no intentar manipularla y alejarte lentamente. Muchas muerden solo en defensa. Ante una mordedura, acude de inmediato al hospital más cercano.
