Cada vez más personas en sus cuarentas o cincuentas se enfrentan al deseo —o necesidad— de reinventarse profesionalmente.
Ya sea por insatisfacción, desgaste o una vocación postergada, el anhelo de un cambio significativo es cada vez más común. Pero, ¿cómo lograrlo sin poner en riesgo años de trayectoria y estabilidad?
Amaya Baña, directora de Alumni Experience & Network Building de la Escuela Madrileña de Decoración, ofrece una serie de recomendaciones prácticas que ayudan a dar este salto con estrategia, claridad y sentido.
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"¿Y esto cuando ya los hijos empiezan a ser mayores todavía tienes 40 y tantos años, ya dices bueno pues ahora me toca a mí, no me toca a mí hacer lo que realmente me gusta y empiezan a formarse, yo les digo y y ellas me transmiten que muchas veces, se predica con el ejemplo y que los hijos vean a su madre", reconoció la docente.
Consejos para reinventarse profesionalmente a mediana edad
- Haz inventario de lo que ya tienes. Tu experiencia, red de contactos y madurez son fortalezas clave. Reinventarse no es empezar de cero, sino capitalizar lo aprendido.
- Redefine tus preguntas. Cambiar de enfoque puede ser más útil que obsesionarse con encontrar "el nuevo trabajo perfecto". Pregúntate cómo quieres vivir, no solo qué quieres hacer.
- Ten una estrategia gradual. No es necesario renunciar de inmediato. Puedes iniciar con pasos pequeños, capacitación, freelance o proyectos paralelos.
- Invierte en ti. Ya sea en cursos, mentorías o tiempo para reflexionar, la inversión en tu desarrollo personal es parte esencial del proceso.
En definitiva, la reinvención profesional es una posibilidad real y alcanzable, siempre que se afronte con honestidad, planeación y apertura al cambio.
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"Formarte, reconectarte, tener mentoría o asesoría profesional no es un gasto, es una inversión en tu próxima versión. Si estás dispuesto a invertir en bienes materiales, ¿por qué no en tu futuro profesional?", reconoció Amaya Baña.
También es importante que consideres hablar con quien ya lo hizo (y con quien lo intentó y no lo logró). Busca referentes reales. Conversa con quienes cambiaron de rumbo y también con quienes lo intentaron y volvieron atrás. Aprender de ambos caminos te dará perspectiva y evitará decisiones románticas sin fundamento.
No todo tiene que monetizarse (al menos no al inicio) Si vas a explorar un nuevo rumbo como el diseño, la gastronomía o el coaching permítete hacerlo sin la presión inmediata del ingreso. Empieza pequeño, prueba, aprende. A veces, el hobby se vuelve negocio, aunque en otras ocasiones, es la puerta a algo más grande.
- Haz un “ensayo general” antes del salto final. No dejes tu trabajo actual si aún estás en duda. Empieza tu reinvención como proyecto paralelo. Toma un curso, ofrece tus servicios freelance, colabora en proyectos ajenos. Las segundas vidas profesionales se escriben en modo beta.
