Durante la edición número 139 de la Mesa Reñoña, Aldo Show sorprendió a los seguidores del programa al relatar una insólita pelea callejera que protagonizó su hermano, el luchador e influencer Konan Big, en una de las avenidas más transitadas de Monterrey.
Según contó Aldo, todo comenzó cuando ambos salieron a dar una vuelta en su auto nuevo. Mientras circulaban por avenida Constitución, un vehículo modelo Mónaco se emparejó con ellos, los cerró de manera agresiva y uno de los tripulantes les gritó insultos, incluida una mentada de madre.
"¡Pinche puñetas!, les grito desde el vehículo Mónaco.
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Aunque en un inicio ambos decidieron ignorarlo, el mismo coche volvió a cerrarlos más adelante, esta vez en el cruce de Constitución y Cuauhtémoc, repitiendo los insultos.
Fue entonces cuando Konan Big —que en ese momento no era luchador— visiblemente molesto y emocionado, le pidió a Aldo que los alcanzara.
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A pesar de que en el otro auto viajaban aproximadamente 12 personas, Konan gritó entusiasmado: “¡Alcánzalos, yo me voy a pelear solo! ¡Los diez cabrones que vienen ahí son para mí, es un regalo, no le puedo quedar mal a mi Dios!”
La confrontación ocurrió finalmente sobre la avenida Churubusco, donde Konan se bajó del auto, se quitó la camisa y se posicionó en medio de la calle, retando al grupo.
“¡Vénganse hijos de su pinche perra madre, de uno en uno, de dos en dos, de cuatro en cuatro, los diez me la pelan!”, exclamó el luchador, según el relato de Aldo.
Solo dos personas se animaron a bajar en un inicio, y Konan, según su hermano, los derribó con facilidad. Aldo intentó intervenir, pero Konan lo detuvo con una advertencia clara:
“Si te bajas te voy a empinar a ti, no te metas, es un regalo que me mandó Dios para mí”, lo que provocó carcajadas entre los conductores del programa.
Aldo relató que uno de los agresores incluso se escondió debajo de un vehículo. Konan intentó sacarlo lanzando piedras de río, sin éxito. Finalmente, la mayoría del grupo huyó, dejando atrás a cinco de sus compañeros que quedaron en el suelo tras los golpes.
Aldo Show menciona que, aunque tuvo miedo al principio, vivió la experiencia con emoción y orgullo al ver la forma en que su hermano disfrutaba lo que para él fue una especie de “fiesta”.
“Cuando terminó todo, Konan alzó las manos y dijo: ‘Gracias Dios por darme este regalo’”, cerró Aldo entre risas, recordando una anécdota que, como él mismo dijo, fue “una experiencia muy bonita”.
