Después de que dos jóvenes gimnastas denunciaran en redes sociales presuntos abusos sexuales por parte de su entrenador, las acusaciones contra Damazo "N" continúan en aumento, ya que más jóvenes han compartido sus testimonios.
Agradeciendo a Fernanda López y Camila Flores por hacer pública su experiencia, otras gimnastas de Monterrey alzaron la voz para relatar sus vivencias en redes sociales.
Entre las víctimas que han decidido hablar se encuentra Regina, quien relató que a los 8 años el entrenador realizaba tocamientos inapropiados durante ejercicios y estiramientos, tanto a ella como a sus compañeras.
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A los 13 años vivió un episodio traumático, ya que al finalizar su entrenamiento su madre tardó en llegar y en ese momento el maestro la acarició de manera inapropiada.
Itati Cárdenas, otra joven que se manifestó en redes, mencionó que fue una de las primeras en denunciar al entrenador y que nunca le ha otorgado su perdón.
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Otra víctima, Nat, relató que su primera experiencia de abuso ocurrió a los 9 años, pero el episodio más grave sucedió en diciembre de 2022, cuando le comentó a su entrenador que le dolía la espalda y él la llevó a una habitación de su casa y la tocó sin su consentimiento.
Paralizada por el miedo, la joven logró huir después de contactar a su hermana, además, Nat afirmó que la madre de Damazo "N" justificó las acciones de su hijo, alegando que actuó por "amor".
Valeria compartió cómo su pasión por la gimnasia se convirtió en una pesadilla, ya que a los 11 años mientras entrenaba, el maestro comenzó con exigencias y abuso psicológico, insultándola y haciéndola sentir culpable.
El acoso escaló a tocamientos inapropiados durante entrenamientos matutinos, cuando no había presencia de padres.
Pamela González describió lo incómodo que era saludar al instructor con un beso en la mejilla, ya que él solía decir "dame bien el beso" e intentaba besarla de manera inapropiada.
Además, detalló que odiaba los días de práctica en las barras, pues si no le salía un ejercicio, el entrenador la llevaba a practicar con él y aprovechaba para tocar su zona íntima.
Pamela también relató que el coach intimidaba a las alumnas, golpeando objetos y mostrando ataques de ira cuando los ejercicios no salían como él esperaba.
Al igual que Pamela, Sofía Parra mencionó que además de los saludos incómodos, el entrenador hacía comentarios sobre los leotardos, diciéndoles que no se podían acomodar bien su ropa durante los entrenamientos, lo que hacía que las menores se sintieran incómodas y expuestas.
Sofía también narró uno de los episodios más alarmantes, durante una madrugada, Damazo "N" bajo los efectos del alcohol, aprovechó la situación para ingresar a su habitación y tocarla de manera inapropiada.
Con detalle, la joven relató las estrategias que empleaba para protegerse, como fingir estar dormida y moverse para cambiar de posición y evitar un abuso sexual.
Sin embargo, aseguró que sus esfuerzos eran en vano, pues su coach regresaba repetidamente, generando en ella un estado constante de miedo y desesperación.
Estos casos se suman a una serie de acusaciones contra el maestro, quien ya enfrenta investigaciones por presuntos abusos sexuales cometidos en el ámbito deportivo.