Ubicada en el Barrio de La Purísima, La Casa Calderón es una joya arquitectónica que transporta a quienes la visitan al Monterrey de 1928.
Este emblemático inmueble es un testimonio vivo de la manera en que se habitaba la ciudad en esa época, y cada rincón de la casa parece contarnos historias de antaño, sumergiéndonos en su esencia histórica y cultural.
El diseño de la casa, que se destaca por el uso audaz del color y la inclusión de elementos de artes decorativas, es un claro reflejo de una época dorada para la ciudad. Cada habitación parece ser una obra de arte en sí misma, en la que los detalles no se escatiman, creando un ambiente de gran riqueza visual y emocional.
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Uno de los encantos más notables de la casa es su arquitectura, particularmente en los detalles de los pisos que se encuentran perfectamente delimitados en cada área.
Por ejemplo, en el acceso principal de la casona, el piso es una mezcla de pasta y granzón, este tipo de piso es tradicionalmente compuesto por varias capas de pasta, pero en este caso se optó por una textura diferente al dejar arena más gruesa, lo que permite que se aprecien los granos de arena en su forma natural.
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El contraste de los colores fue pensado para resaltar aún más este diseño único, que se repite en varios espacios de la casa, otorgándole un carácter distintivo y armonioso.
Otro de los detalles que destacan se encuentra en la primera sala, donde el piso cuenta con un diseño fitomorfo que imita flores de alcachofa, un detalle fascinante que no solo decora, sino que cuenta una historia visual.
En el salón de la música, el estilo cambia y se ve una atmósfera más sobria, con muros grises que podrían parecer monótonos a primera vista.
Sin embargo, al mirar con atención, podemos notar detalles en las paredes y en el techo de yeso, que aportan textura y profundidad al espacio. P
ero lo que realmente destaca en este salón es el piso, que hace que quienes lo recorran sientan como si estuvieran caminando sobre un jardín del Monterrey de 1928, con colores y formas que evocan la época.
Cada uno de los espacios de La Casa Calderón tiene su propia personalidad. Este ambiente único no solo resalta la historia de Monterrey, sino también la rica herencia de diseño y cultura que la ciudad ha preservado a través de los años.