Nuevo León se colocó como el estado con mayor número de osos rehabilitados en México durante 2025, de acuerdo con Parques y Vida Silvestre, dependencia que reportó tres intervenciones recientes que evidencian el fortalecimiento de su capacidad operativa para atender fauna silvestre.
El trabajo conjunto entre biólogos, veterinarios, personal técnico, autoridades federales y unidades de manejo ha permitido que ejemplares rescatados en condiciones críticas logren recuperarse y, en varios casos, volver a su hábitat.
A continuación, los casos más representativos atendidos en el último año:
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Un osezno huérfano que regresó a la Sierra Madre
El primer caso corresponde al Oso 124, un ejemplar rescatado el 4 de diciembre de 2024 en San Pedro Garza García. El osezno fue encontrado en condiciones severas: bajo peso (14 kg), deshidratación, alopecia, pelaje dañado, además de anemia, presencia de bacteria en sangre y ácaro en piel.
Tras su rescate, fue trasladado a la UMA Bioparque Estrella, donde recibió tratamiento especializado. Tres meses después, el ejemplar registró 40 kg, pelaje completamente recuperado y signos clínicos normales.
El oso fue liberado el 19 de marzo de 2025 en la Sierra Madre Oriental, convirtiéndose en uno de los procesos de rehabilitación más exitosos del estado.
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Un atropello con final favorable
Otro caso se presentó el 24 de enero de 2025, cuando se reportó a un osezno atropellado en San Pedro. Identificado como Oso 127, el ejemplar presentaba hematomas y distensión abdominal, por lo que fue trasladado al Hospital Veterinario Sierra Madre.
Los estudios descartaron fracturas, pero sí revelaron riesgo de hemorragia interna, por lo que recibió fluidoterapia, antiinflamatorios y analgésicos. La respuesta al tratamiento fue rápida: en 48 horas mostró estabilidad.
El oso fue liberado el 26 de enero de 2025 en el Parque Ecológico Chipinque.
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Un juvenil con lesiones crónicas aún en evaluación
El caso más reciente corresponde a un oso juvenil atendido en Galeana el 1 de julio de 2025. El ejemplar presentaba bajo peso (27.5 kg), pelaje hirsuto, una herida en el muslo y claudicación grado IV.
Las radiografías revelaron artrosis crónica y daño severo en la cadera izquierda, aunque sin fracturas recientes. El equipo inició un tratamiento conservador que incluyó antibióticos, condroprotectores, analgésicos y rehabilitación nutricional.
Tras cinco semanas en Bioparque Estrella, el oso registró 24 kg de ganancia de peso y una notable disminución de la claudicación a grado II. Su liberación se mantiene en evaluación, mientras los especialistas determinan si puede adaptarse nuevamente a condiciones silvestres.
